El reciente redescubrimiento de un supuesto Caravaggio en una sala de subastas de Madrid ha revolucionado el mundo de la cultura, no solo en los círculos más especializados sino también entre legos y curiosos
La posibilidad de descubrir una obra maestra casi de carambola, en un domicilio del centro de Madrid –cuyos propietarios aparentemente desconocían su valor-, y por un precio de salida ridículo es, sin duda, una historia que traspasa el mundo de lo real y se convierte en algo más propio de la literatura de aventuras.
Por eso, el anuncio de un posible Caravaggio es una buena noticia porque ha servido para que la pintura moderna, y el arte en general, sean asimismo noticia. Una campaña publicitaria impagable con herederos que desconocía el varlor, museos interesados en estudiarla y quizás en adquirirla, anticuarios, supuestas ofertas millonarias, especulaciones sobre el precio que podría alcanzar fuera de España… que ha dado a conocer una faceta poco conocida del mundo del arte, pero que a la vez resulta enormemente sugerente para el espectador que se acerca por vez primera.
Si bien el Caravaggio no es la primera estrella que destaca en una subasta en España, sí es cierto que el ruido generado por lo singular de la historia la ha convertido en protagonista absoluto. Sin ir más lejos, el ‘Retrato de Niña’ o ‘Joven Inmaculada’ de Diego Velázquez vendido en Abalarte en 2017 despertó enorme interés llegando a alcanzar 9,7 millones de euros. Los grandes maestros de la pintura española también han tenido su momento en las convocatorias: Zurbarán, Murillo, Goya… de las que se han nutrido coleccionistas particulares y grandes museos.
Pero si la salida de una obra de primer nivel siempre llama la atención, quizás resulta más curioso el caso de los denominados “tapados”, obras de calidad que se ponen a la venta bajo una catalogación errónea y, por descontado, con un precio de salida bajo. Así ocurrió con los ‘Desposorios de santa Catalina‘ que salió en junio de 2019 en Goya y que alcanzó los 23.000 euros, muy lejos de los 3.000 de salida. Solo los ojos expertos apreciaron la calidad de la obra y que no se trataba de una pieza más de Escuela española del siglo XVII como rezaba la ficha sino un original de la pintora Sofonisba Anguissola (c.1535-1625) de 1588.
Obras redescubiertas de maestros canarios
El caso de la plástica en Canarias no ha sido ajeno, y durante las últimas décadas se han podido localizar piezas de mayor o menor calidad salidas de los talleres de las islas. Posiblemente el gran desconocimiento de la plástica realizada en el archipiélago durante los siglos XVII y XIX ha favorecido que hayan pasado absolutamente inadvertidas.
Es el caso llamativo de las veras efigies de Nra. Sra. de los Remedios (titular de la Catedral Nivariense), de las que han salido varias versiones al mercado, la mayoría sin una catalogación precisa, que en las islas se han atribuido a primeros espadas de la plástica insular como Cristóbal Hernández de Quintana (1651-1725) y José Rodríguez de la Oliva (1695-1777). Uno de estos retratos -que mostramos en la galería de imágenes-, aderezado además con un magnífico marco tallado, se puso a la venta en 2019 en la Sala Balclis de Barcelona catalogado como de escuela cuzqueña del siglo XVIII, y un año más tarde salió de nuevo, esta vez en la casa Ansorena, ya con la atribución a Hernández de Quintana.
Y aunque correctamente catalogada, ‘El consejo del maestro’ del pintor palmero Manuel González Méndez (1843-1909) salió a subasta por una cantidad considerablemente más baja de la que hubiera alcanzado en el mercado del arte en las islas. La pieza, en paradero desconocido durante muchos años, se conocía por una fotografía que conservaba un particular en Tenerife.
El óleo salió de nuevo a la luz correctamente catalogado en la convocatoria de Sotheby’s New York de mayo de 1991. Según la ficha, la pintura provenía de la Galería Syzmanski de Beverly Hills (California). Finalmente, la pieza viajó a Tenerife poco tiempo después de salir a la venta y se expuso en la Galería Artizar de San Cristóbal La Laguna.