La inusual alineación que presentó inicialmente el equipo tinerfeño se vio ampliamente superada por otra igual de anómala, como la mallorquina que saltó al césped del Heliodoro, propiciado todo ese tropel de cambios al haber casi concluido sus respectivos deberes del presente curso.
Esta transformación balear en su alineación habitual no evitó que que el equipo se moviese sobre el terreno de juego como normalmente lo hace, puesto que en todo momento casi que controló por completo a su rival tinerfeño.
La primera ocasión de auténtico peligro llegó al filo de la media hora por mediación de Mollejo, que si no hubiese sido por la acertada intervención del debutante Serantes hubiese permitido a su equipo adelantarse en el marcador, pero su remate lo desvío el meta.
La réplica local se produjo a renglón seguido por mediación de Shashoua, que con un ajustadísimo y colocado disparo casi empata, pero el balón se fue fuera, al contrario que el cabezazo de Mollejo en el último tramo de esta primera parte, que finalmente se entró en la meta tinerfeña, tras un córner lanzado por Trajkovski.
Con esta ventaja balear concluyó la primera parte, para reanudarse poco después el encuentro con un juego mucho más dinámico y arriesgado, sobre todo por parte visitante que fue más competitivo aún que en el primer tramo, aunque sin suerte de cara al gol.
Dos disparos lejanos de los blanquiazules, uno de Moore y otro de Aitor Sanz, antes de la media hora, y otro de Alex Muñoz en la recta final fue todo el bagaje ofensivo de los tinerfeños, mientras que por parte mallorquina fue Mboula el que trató de marcar, pero se topó con Serantes, mientras que un disparo de Cardona se fue fuera.
De esta manera, con un Mallorca que dejó plasmadas las razones que le han devuelto a Primera y un Tenerife que también ofreció muy buenos momentos en algún tramo del encuentro, concluyó un entretenido encuentro que finalmente premió al mejor equipo.