Una media de tres erupciones por siglo, la mayoría en Lanzarote, Tenerife, El Hierro y La Palma. En el siglo XX hubo tres erupciones en Canarias. Esta de Cumbre Vieja es la primera en superficie del siglo XXI. Medio siglo después de la erupción del Teneguía (1971), la penúltima erupción volcánica en España, las entrañas de la Tierra han vuelto a vomitar de nuevo en la isla de La Palma el magma, con todo su poder mistérico inalterable, como una bofetada de humildad que nos recuerda la naturaleza del planeta que habitamos.
El 20 de octubre de 1971 comenzaban los temblores de tierra en el municipio palmero de Fuencaliente. Seis días después, el Teneguía elegía también las primeras horas de la tarde, (16:25 p.m.), para comenzar la expulsión de magma. Y así continuaría hasta el 18 de noviembre de ese año. Veintitrés días de colada magmática calificada por la comunidad científica como “corta”, la más corta, de hecho, de las que ha habido en Canarias desde que se tiene registro y apenas un suspiro si se la compara con la erupción que duró seis años en el siglo XVIII en lo que hoy conocemos como el Parque Nacional de Timanfaya, en Lanzarote.
Jóvenes geológicas
Con esta de Cumbre Vieja (La Palma), son diecisiete las erupciones ocurridas en Canarias desde que comenzaran los registros en el siglo XV, la mayor parte de ellas concentradas en cuatro islas, tres de las más jóvenes en términos geológicos: Tenerife, La Palma y El Hierro, y la segunda de mayor antigüedad del Archipiélago: Lanzarote, “aunque se tiene conocimiento de erupciones prehistóricas en Gran Canaria y Fuerteventura», explican desde el Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Para la comunidad científica las erupciones volcánicas en Canarias «no han sido especialmente virulentas», ni por el número de personas fallecidas, (25), ni por la explosividad, «suelen ser de tipo efusivo y no muy peligrosas para las personas ni muy destructivas», aseguran desde el IGN, aunque no existe un registro completo de animales de granja, flora y fauna silvestre o bienes materiales. El Instituto Volcanológico de Canarias calcula que el magma acumulado bajo el suelo de Cumbre Vieja alcanza los once millones de metros cúbicos, una cantidad equivalente a la cuarta parte de la colada registrada en la erupción del Teneguía (1971): 43 millones de metros cúbicos en veinticuatro días. Nada que ver con la erupción en Lanzarote del siglo XVIII que cubrió de lava y cenizas la cuarta parte de la isla y expulsó mil millones de metros cúbicos de magma durante cinco años. Canarias es la única región española con vulcanismo activo. Las erupciones ocurridas desde el siglo XV en las Islas Canarias, unas tres erupciones por siglo, han tenido lugar principalmente en Lanzarote, Tenerife y La Palma. Cumbre Vieja es uno de los complejos volcánicos más activos de Canarias, en cuya zona se han producido dos de las tres últimas erupciones registradas en España, la del volcán San Juan (1949) y la del Teneguía (1971). Todo el Archipiélago, salvo La Gomera, mantiene sus volcanes activos
Erupción submarina
La erupción en la isla de El Hierro en 2011, cabe resaltar que se trató de un volcán submarino ubicado en aguas próximas al municipio de La Restinga, fue mucho menos significante que la del Teneguía aunque su actividad se prolongó durante seis meses, desde el 10 de octubre de 2011 hasta el 5 de marzo de 2012.
El 26 de septiembre se avisaba a la población de localidades cercanas de una posible erupción volcánica por los movimientos sísmicos registrados en la zona y cuatro días más tarde el IGN informaba de que la presión ejercida por el magma en el subsuelo de la isla había abombado la superficie 3,5 centímetros.
El patrón de comportamiento previo a la erupción es similar en todos los casos. En días previos a la erupción submarina se registró un enjambre de seísmos de baja magnitud hasta que el 9 de octubre de 2011 se sintió en la isla un terremoto de 4,3 grados de magnitud y dos días más tarde se confirmaba la erupción volcánica submarina a cinco kilómetros de la costa que obligó a evacuar a la población de las zonas próximas.
Efusivas con excepciones
Las erupciones de los volcanes en Canarias «suelen ser de tipo efusivo y no muy peligrosas para las personas», añaden desde el Gobierno regional. Pero hay excepciones como la de Lanzarote entre 1730 y 1736, un lustro de expulsión magmática que cubrió con lava la cuarta parte de la isla, destruyó campos de cultivo y provocó que buena parte de la población tuviera que emigrar a otras islas.
En Tenerife existe riesgo de alguna erupción explosiva, ya que el Teide «podría tener actividad violenta», si bien, los datos del IGN indican que la probabilidad de que esto ocurra «es muy baja» aun cuando la vigilancia es constante.El volcán Teneguía permaneció en silencio durante tres siglos, desde 1677 hasta 1971. Cuando empezó a expulsar lava, la población asistió al espectáculo con una mezcla de curiosidad y temor; el volcán produjo daños materiales a zonas de cultivo, especialmente en las vides, y modificó la orografía: destruyó una playa y creó una nueva (playa Echentive). El periódico La Vanguardia informó entonces de pérdidas valoradas en seis millones de pesetas, fundamentalmente en vías de comunicación, cultivos y algunas viviendas. También se vivieron momentos de angustia en la evacuación de personas en barcos de pesca atracados en la playa del Faro y un turista falleció a consecuencia de una fuerte intoxicación sufrida por la inhalación de gases cerca del volcán, tras saltarse el cordón de seguridad establecido para proteger a la población.(…) “La policía tuvo que abrir algunos accesos por las carreteras que estaban cortadas para llegar a verlo, los pescadores alquilan sus barcas para ver la zona desde el mar y había un continuo flujo de personas que en muchos casos no respetaban las medidas de seguridad. De hecho, un visitante sufrió una fuerte intoxicación por los gases al romper el cordón de seguridad, lo que le costó la vida”, (diario El Día)
Riesgos y oportunidades
La historia del vulcanismo en Canarias refleja riesgos indirectos. La comunidad científica apunta a la “posibilidad del deslizamiento de grandes masas de terreno” como consecuencia de la acumulación de rocas de mucha altura y poca base que, en ocasiones, caen al mar en forma de avalanchas. Esta es la causa de las profundas depresiones o calderas que surcan las islas.
Pero esta misma historia genera nuevas oportunidades. La erupción del Teneguía se dio por finalizada el 18 de noviembre de 1971. La lava había creado una plataforma conocida como Isla Baja e hizo crecer la superficie total de La Palma en unos dos millones de metros cuadrados. Este espacio de tierra nueva fue declarado Monumento Natural por la Ley de Espacios Naturales de Canarias.
En el siglo XX hubo tres erupciones en Canarias, la del Teneguía fue la última. Esta de Cumbre Vieja es la primera en superficie del siglo XXI.