Los autores del informe psiquiátrico forense de Thomas Handrick, el ciudadano alemán acusado de matar a su mujer y su hijo mayor en una cueva en Adeje, han negado el trastorno mental transitorio alegado por la defensa y ratificado este martes por un psiquiatra que elaboró otro informe.
Informan: Lidia Rguez. Fuentes / Adrián Gil-Roldán
En la sexta jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife, en el que el fiscal pide la pena de prisión permanente revisable, los peritos forenses han concluido que la imputabilidad de Handrick respecto al doble crimen no se vio «ni alterada ni disminuida», ni siquiera de forma momentánea.
Han abundado en que el acusado era consciente de la situación y de lo que «quería hacer», y que no actuó impulsado «por voces» que solo él pudiera escuchar en su cabeza.
Estos dos peritos trataron sin éxito de entrevistarse con el acusado, porque aquel se negó por recomendación de su abogado.
El psiquiatra que lo evaluó en la cárcel dice que sufre un trastorno esquizoide
En cambio, Handrick sí se prestó a ser entrevistado y evaluado en la cárcel, más de un año después de los hechos, por un psiquiatra. Entre otras conclusiones, sostiene que el acusado sufre un trastorno esquizoide de la personalidad y un trastorno compulsivo.
A ello se suma, según este especialista, que el día del doble crimen Handrick sufrió, al menos parcialmente, un síndrome serotoninérgico por la mezcla de hasta 11 medicamentos que toma para sus dolores crónicos de espalda y contra la depresión.
La mayoría de esos medicamentos son opiáceos, con posibles interacciones que pudieron aumentar sus efectos provocar en el acusado alucinaciones, desorientación y disminución de la memoria, entre otros.
Un «cóctel de drogas» que, a su juicio, casa con el relato inconexo, con fases «delirantes», del acusado sobre lo que sucedió aquel 23 de abril de 2019.
Y por eso sostiene que tenía sus capacidades intelectiva y volitiva «anulada o muy disminuidas».