La plataforma de vecinos asegura que el suelo afectado por las coladas en La Palma sigue siendo propiedad de quien lo tenía y que quieren «volver a darle vida»
Afectados por la erupción volcánica de La Palma han decidido constituir la plataforma ciudadana Pampillo-Todoque para reclamar que se pueda volver a vivir en el mismo lugar.
Así, han iniciado una campaña de recogida de firmas en la plataforma change.org. Reivindican «tener la oportunidad de renacer de sus cenizas» en el mismo lugar donde residían desde hace muchas generaciones.
Para ello, una de sus primeras peticiones es la de que se reconstruya el antiguo Camino Pampillo por el trazado antiguo. Respetando las propiedades de los vecinos y las vecinas.
Al respecto, recuerdan que el presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, prometió días después del fin de la erupción que el Ejecutivo autonómico no tenía intención de proteger el campo de coladas de lava del volcán de La Palma.
«El suelo sigue siendo propiedad de quien lo tenía»
Al contrario, «el suelo sigue siendo propiedad de quien lo tenía. Lo último que pensamos es en proteger, porque lo que importa es dar opciones de arraigo a quienes aquí vivían y además generar oportunidades para la agricultura o para desarrollo de infraestructuras», señaló.
Otro de los propósitos de la plataforma es poder acceder a la zona del Camino del Pampillo con expertos elegidos por los propietario. Todo ello para elaborar informes independientes sobre las características y el estado del nuevo territorio creado por el volcán.
Los afectados subrayan también la importancia de una «gestión ética» de todo el proceso de recuperación social y económica de La Palma. Es decir, que se cuente con las familias damnificadas, «no solo desde la perspectiva económica, sino también desde el vínculo emocional que mantienen con este espacio del valle de Aridane».
La plataforma llama a «reflexionar» sobre el hecho de que volver a habitar el nuevo paisaje. «No es destruirlo, sino más bien lo contrario, realzarlo, devolverle la vida, integrar en él respetuosamente a quienes sienten que su hogar está allí, fruto de un arraigo de muchos años, incluso siglos para algunas familias». A su juicio, se trata de un objetivo que consideran «razonable, lógico y noble».