Tras el obligado paréntesis de dos años como consecuencia de la pandemia, el Diablo de Tijarafe volvió con su espectáculo de magia, ilusión y fuego
Tras el obligado paréntesis motivado por la pandemia de la Covid-19, el Diablo de Tijarafe, en la isla de La Palma, volvió a danzar acompañado por miles de personas que no quisieron perderse el espectáculo de magia, ilusión y fuego.
El Diablo, suspendido durante las dos últimas ediciones, dio rienda suelta a su frenética danza en la madrugada de este 8 de septiembre en la Plaza de Candelaria, en Tijarafe, acompañado, además de sus tradicionales gigantes y cabezudos, por miles de personas que llevaban esperando todo este periodo para poder disfrutar de una de las fiestas más emblemáticas de la isla.
En torno a las 03:30 horas, la emoción embargó a los asistentes, más de 8.000 personas, al recibir al son del “tiritititi” a un Diablo que danzaría, acompañado de gigantes y cabezudos y cargado con unos 100 kilos de peso, entre armazón y pirotecnia, durante aproximadamente 25 minutos, llenando el pueblo de luz y color.
En Tijarafe, son muchos los que cuentan los años por diablos; muchos los que retornan a la tierra para no perderse esta fiesta declarada Bien de Interés Cultural y de Interés Turístico de Canarias.
Tijarafe amanece este jueves como día festivo con la certeza de que La Virgen de Candelaria venció por fin al Maligno tras una noche de fiesta que transcurrió sin ningún tipo de incidente reseñable.