La comunidad científica tiene como objetivo determinar si Hermine fue un caso aislado, si serán más frecuentes los fenómenos de esta índole, o si se atribuye al cambio climático
La excepcionalidad que supuso la tormenta tropical Hermine, por dónde se formó y cómo se movió, es analizada por la comunidad científica. El objetivo es saber si se trata de un caso aislado, si en el futuro serán más frecuentes estos fenómenos meteorológicos en el entorno de Canarias, o si es atribuible al cambio climático.
En este sentido, Luis Cana, profesor del Instituto de Oceanografía y Cambio Global de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y David Suárez, delegado de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Canarias, han publicado en The Conversation un artículo, en el que tratan de dar respuesta a estas y otras cuestiones.
Como punto de partida, remiten al análisis «en profundidad» de los datos registrados en las estaciones meteorológicas, si bien admiten que «está claro» que no hay precedentes de un ciclón tropical que se haya movido de la manera en que lo hizo Hermine, de entre los más de 2.260 registrados desde 1851.
Cana y Suárez señalan que, para poder avanzar los efectos debidos al cambio climático, no disponen de otra herramienta que las simulaciones numéricas.
Entorno y escenarios futuros tras Hermine
Las instituciones para las que trabajan publicaron recientemente un estudio basado en las proyecciones del Instituto de Cambio Climático de la Universidad de Maine (Estados Unidos) para ver si el entorno y los escenarios que se prevén en el futuro son adecuados para el desarrollo de los ciclones tropicales.
La conclusión a la que han llegado es que una de las condiciones que se tienen que dar para que se aproximen a Canarias, la cizalladura del viento, no va a ser favorable.
Tal fue el caso de Hermine, que en su avance hacia Canarias como tormenta tropical se encontró con un entorno con una marcada cizalladura, que es la diferencia del viento a distintas alturas. Además, se desplazada sobre aguas de mar con temperaturas inferiores a las iniciales.
Cana y Suárez coinciden en que cada vez va a ser más difícil que se puedan formar ciclones tropicales en el entorno del archipiélago debido a la tendencia al aumento de este «factor clave».
A lo que añaden que tampoco se prevé que la temperatura del agua del mar se modifique lo suficiente como para favorecer su desarrollo.
La temperatura del agua en el entorno de Canarias «rara vez» supera los 24 grados centígrados, cuando se necesitan teóricamente más de 26 para tener condiciones favorables a la evolución de los ciclones.
Llegada de los ciclones tropicales a Europa
Los dos expertos citan un estudio publicado en la revista Monthly Weather Review que analiza por qué algunos restos de ciclones tropicales alcanzan Europa.
Este trabajo concluye que, debido a que la temperatura superficial del mar va a aumentar previsiblemente, los ciclones tropicales van a ser más intensos, teniendo un ciclo de vida más largo.
Sin embargo, hacen hincapié en que debido a ese mismo calentamiento, la corriente en chorro polar, que ayuda a la transición de los ciclones tropicales a postropicales, va a desplazarse hacia el polo.
«Los dos efectos son contrapuestos y habrá que ver si el previsible aumento en la intensidad de los ciclones tropicales es capaz de compensar que el entorno para la transición a tormentas postropicales va a ser más desfavorable», anotan Cana y Suárez.
En el caso de Canarias, sugieren que la atención se debe centrar no tanto en si va a existir en un futuro cercano un entorno favorable al desarrollo de los ciclones tropicales, sino en cómo se van a ver afectadas las ondas del este o si el cinturón de convergencia intertropical se va a desplazar hacia el norte.
Ambos fenómenos son «clave» para la génesis y evolución de los ciclones tropicales en el entorno de Cabo Verde.
Cambio climático
Otra de las preguntas que con más fuerza han surgido estos días es si Hermine es una más de las consecuencias del cambio climático.
En este sentido, Cana y Suárez indican que Hermine no ha sido el único fenómeno tropical que ha seguido una evolución inédita. «Casi a la vez» el huracán Fiona entró en la costa de Canadá «con más fuerza de la que se recordaba en muchos años».
Sin embargo, ante «la tentación» de atribuir estos comportamientos anómalos a la influencia del cambio climático, los expertos recalcan que hasta que no procesen toda la información para saber «por qué no han seguido su comportamiento habitual» no podrán «despejar la incógnita».
«Es probable que este comportamiento sea una posibilidad que no hayamos contemplado hasta ahora, pero no obedezca a nada anómalo», deslizan.
Con todo, se apoyan en «científicos de prestigio», como el profesor Cliff Mass, de la Universidad de Washington, quienes indican que el cambio climático se muestra sobre todo en las tendencias y que hay que «ser cautos» al atribuir fenómenos extremos o anómalos al calentamiento global.