España volverá a tener astronautas en el espacio. La Agencia Espacial Europea ha presentado la nueva promoción, la primera desde 2009, y entre los elegidos el ingeniero leonés de 34 años, Pablo Álvarez, que será titular, y la también leonesa y biotecnóloga de 33 años, Sara García, elegida entre los reservistas
España vuelve a la primera línea de la carrera espacial con el anuncio este miércoles de que tendrá un nuevo astronauta de carrera, Pablo Álvarez, mientras que Sara García será miembro del grupo de reserva, dentro de la nueva promoción de la Agencia Espacial Europea (ESA).
La ESA presentó a su nueva promoción de astronautas, la primera en 12 años, formada por cinco titulares y doce reservistas. De los 17, casi la mitad, ocho, son mujeres.
Álvarez, un ingeniero aeroespacial de 34 años que trabaja en Airbus y anteriormente en la ESA, y García, una biotecnóloga de 33 que realiza investigación oncológica, señalaron en declaraciones a los medios su enorme felicidad por haber sido elegidos entre más de 22.500 aspirantes de 25 países europeos.
«Todavía no puedo acabar de creerme que esté aquí», confesó él, mientras que ella aseguró estar «muy feliz» porque seguirá trabajando como investigadora y puede participar en posibles misiones que requieran su experiencia científica.
Ambos detallaron el duro y largo proceso de selección que se ha extendido durante año y medio, especialmente un test de once horas de duración, que fue la primera prueba. «Y aquí estamos después de 18 meses de pelearlo», resumió García.
Elegir entre tantos aspirantes y decidir luego quién era titular y quién reserva ha sido «duro», admitió el director general de la ESA, Josef Aschbacher, quien destacó que todos son «astronautas capaces, pero no hay vuelos para todos».
La luna como «un sueño»
Pablo Álvarez, que confiesa que el último astronauta español, Pedro Duque, fue un héroe de niñez, reconoce que ve una posible misión a la Luna como un «sueño».
A pesar de su formación aeroespacial y su trabajo en Airbus y la propia ESA, reconoció que no se había planteado en serio intentar ser astronauta. «Se te pasa por la cabeza, pero no es una carrera realista. Hay muy pocos afortunados».
Sara García, por su parte, destacó la importancia de seguir carreras científicas y ahora confiesa que la posibilidad de hacer experimentos en condiciones de microgravedad «es una de las cosas que me atrajo de la posibilidad de ser astronauta». No obstante, hasta que surgió la convocatoria, no se lo había planteado.
Ambos son de León y estudiaron en la universidad de esa ciudad, y aunque solo se llevan un año de diferencia y acudieron a escuelas de primaria muy cercanas, únicamente se conocieron «por casualidad» durante el proceso de selección, reconoció García. Los dos señalaron su orgullo y satisfacción de haber estudiado en su ciudad natal. «La prueba de que nos han dado una educación de primera calidad es que estamos aquí», aseveró Álvarez.
» Los sueños se pueden convertir en realidad»
Entre los doce elegidos está el británico John McFall, que se convertirá en el primer «parastronauta», un astronauta con algún tipo de discapacidad física que no le ha impedido tener su oportunidad de formar parte del cuerpo europeo. Su elección prueba que «la ciencia es para todos, el espacio es para todos», afirmó. McFall.
Pablo Álvarez destacó que él sufre una discapacidad «muy, muy leve» en una pierna, y que por ello solicitó inicialmente una plaza como parastronauta, pero durante el proceso de selección se le consideró capaz de ser titular. «Hoy me han metido en el programa de los cinco elegidos para ser astronautas de carrera», afirmó.
Por ello, ambos insistieron en que sus trayectorias son una muestra para que los niños vean que pueden perseguir sus sueños. «Con constancia y muchas ganas, los sueños se pueden convertir en realidad, aunque ese sueño sea algo tan improbable como el del espacio», afirmó Pablo Álvarez.
«Estamos muy orgullosos de ellos, del talento que tenemos en nuestro país», afirmó junto a los flamantes astronautas la ministra de Ciencia, Diana Morant, quien destacó que su elección es un «premio al esfuerzo». Morant recordó que España ha aumentado la aportación a la ESA, de 200 a 300 millones de euros anuales.
La reunión ministerial que concluyó hoy acordó llevar el presupuesto de la agencia para los próximos tres años hasta casi 17.000 millones de euros, lo que se traducirá en más oportunidades para la participación española en proyectos especiales europeos.
Una carrera de fondo
A partir de ahora, para Álvarez comienza un intenso proceso de formación que comenzará el 1 de abril en el centro de astronautas de la ESA de Colonia (Alemania), donde durante un año seguirá el entrenamiento básico como aspirante a astronauta.
Tras terminarlo, y ya con el título de astronauta europeo, realizará el entrenamiento incremental, que es el que se lleva a cabo «antes de que te asignen una misión», con formación más concreta.
Después se quedan en situación de espera hasta que se les asigna una misión, para la que seguirán un entrenamiento específico, unos dos años de formación, que suele hacerse entre Houston (EE. UU.), Europa, Rusia, Canadá o Japón, con los integrantes de la Estación Espacial Internacional (EEI).
«Es una carrera de fondo y ahora es cuando empieza», explica, «esto ha sido solo el comienzo, «es un comienzo muy duro, pero lo que queda adelante es lo más difícil».