El funeral de Constantino se ha celebrado en la Catedral de la Anunciación y después el féretro se trasladó al cementerio de Tatoi
Una gran parte de los miembros de las casas reales de toda Europa acudieron este lunes a Atenas al funeral del último rey de Grecia, Constantino II, que falleció el pasado 10 de enero a los 82 años de edad.
A las 12.00 horas (hora local), el féretro de Constantino de Grecia fue trasladado a la Catedral de la Anunciación, la iglesia principal de la metrópoli de Atenas, donde se celebró un funeral presidido por el arzobispo de la capital griega, ha informado el diario ‘SKAI’.
En primera fila por el lado izquierdo, estaban sentados los miembros de realezas o principados en activo y por orden de proclamación: los reyes de España, Felipe VI y Letizia; de Bélgica, Felipe y Matilde; Países Bajos, Guillermo Alejandro y Máxima; de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia; y de Dinamarca, Margarita, cuñada del fallecido.
Entre las familias reales invitadas estaban las parejas reales de España, Países Bajos y Suecia, así como la reina Margarita de Dinamarca, el príncipe Alberto y Carolina de Mónaco y el Gran Duque Enrique de Luxemburgo, Alberto de Mónaco, Margarita de Liechtenstein, el príncipe heredero de Noruega, Haakon, con su esposa Mette Marit, así como la princesa Märtha Louise, la princesa Ana de Inglaterra, y, desde fuera de Europa, la reina Noor de Jordania y la princesa Raiyah.
Tras una hora de funeral, el cortejo fúnebre se dirigió al lugar donde fue enterrado el exmoncarca, en el cementerio de Tatoi, donde yacen los restos de su madre Federica de Grecia.
El cementerio se encuentra a dos kilómetros de la antigua finca real de Tatoi, según ha detallado ‘iEidiseis’.
Dispositivo de seguridad
El funeral contó con un dispositivo de 1.500 policías, funcionarios antiterroristas y de los Servicios de Inteligencia Nacional. Además, 1.500 francotiradores participaron en las medidas de orden de la Policía griega para la procesión del éxodo y el entierro del difunto exrey Constantino.
Al mismo tiempo, se desplegaron drones y helicópteros y se cortó el tráfico de vehículos en varias calles del centro de Atenas, culminando así el fuerte dispositivo policial.
El exrey Constantino de Grecia, tío del rey Felipe VI y hermano de la reina Sofía, pudo haber sufrido un derrame cerebral en su hogar, según señalan medios locales, mientras que otros apuntan a un ingreso provocado por el coronavirus, aunque por el momento no hay confirmación oficial de la Casa Real helena sobre su muerte.
Estado de salud inestable
El estado de salud del exrey heleno era muy inestable desde hace varios años. A principios de 2022 fue hospitalizado tras contagiarse de la COVID-19 y en diciembre de 2021 sufrió un ataque isquémico mientras se encontraba con su mujer en el palacio de Porto Heli.
La última aparición pública del monarca, quien gozaba de gran popularidad, fue el pasado 23 de octubre, cuando asistió en silla de ruedas a la boda de su hijo menor, el príncipe Philippos de Grecia con Nina Flohr.
Constantino II fue rey de Grecia desde 1964 hasta 1973, cuando la monarquía fue abolida por referéndum en 1974. Un 75.6 por ciento de los griegos decidieron que querían una república como forma de Estado. Tras ello, estuvo un tiempo viviendo en Londres, aunque posteriormente volvió a su tierra natal, según ha recordado el diario ‘Ethnos’.
El exmonarca era hijo de Federica de Hannover y de Pablo I de Grecia, quien era hermano menor del rey Jorge II, así como primo hermano del ya fallecido príncipe Felipe, duque de Edimburgo, y también suegro de Juan Carlos I de España.
Sucedió al rey Pablo I
Tras morir el rey Pablo I en 1964, Constantino le sucedió en el trono. Ese mismo año se casaría con Ana María, hija menor del rey Federico IX de Dinamarca, a quien conoció siendo heredero al trono en 1959 en Copenhague durante una visita a Suecia y Noruega.
Constantino vivió sus primeros años como rey muy convulsos a raíz de los disturbios que estallaron en julio de 1965 tras la renuncia de George Papandreou como primer ministro, así como el golpe de Estado posterior de 1967, liderado por George Papadopoulos, quien depuso al rey e impuso una dictadura militar.
Después de la caída de la dictadura en julio de 1974, el político Konstantinos Karamanlis regresó de su exilio en París para formar un Gobierno. En diciembre del mismo año se celebró un referéndum sobre el futuro de la monarquía.
La familia real española se despidió en la catedral de Atenas
La familia real española despidió este lunes a Constantino II de Grecia, hermano de la reina Sofía, en un funeral celebrado en la Catedral Metropolitana de Atenas, al que asistieron cerca de 200 miembros de la realeza europea, y donde no se sentaron juntos debido al protocolo.
El rey emérito Juan Carlos I llegó junto a la reina Sofía, y apoyado en todo momento en su bastón. Junto a ellos, las infantas Elena y Cristina.
El protocolo obligó a los miembros de la familia real a sentarse separados, pero la de hoy era la primera ocasión en la que aparecían todos en público desde el funeral de doña Pilar de Borbón en 2020. Además, era la primera vez que Felipe VI y don Juan Carlos coincidieron en público desde el funeral por la reina Isabel de Inglaterra, en septiembre pasado.
En la ceremonia, detrás de la familia directa, se sentaron la reina Sofía y el rey emérito Juan Carlos I, la princesa Irene, y otros miembros de la familia, en su mayoría nietos del finado.
Los primeros en llegar a la catedral fueron los tres hijos varones de Constantino, Pablo, Nicolás y Felipe, que estuvieron junto al ataúd mientras iban entrando los invitados.
Los ciudadanos que se habían congregado junto al templo recibieron a la reina emérita coreando gritos de «Sofía, Sofía». Los reyes eméritos llegaron acompañados de las infantas Elena y Cristina, y de los hijos de ambas.
Los invitados se trasladaron al cementerio en las antiguas fincas reales de Tatoi
El ataúd había sido expuesto desde las seis de la mañana hasta las diez y media hora local (04.00-08.30 GMT) en la capilla contigua de Ayios Eleftherios, para dar oportunidad a los ciudadanos a dar su último adiós, una concesión que hizo el Gobierno a los familiares del fallecido, ya que en principio no estaba prevista ninguna exhibición en público.
El Gobierno griego había prohibido que se le concedieran a Constantino los honores de jefe de Estado, habida cuenta de que la monarquía fue abolida en Grecia en 1974 en un referéndum que apoyó el 69,2 % de la población.
Delante del ataúd cubierto con la bandera griega y una corona de flores estaban exhibidas todas las condecoraciones que recibió el exrey a lo largo de su vida, incluida la Orden del Toisón de Oro, una de las órdenes de caballería más antiguas y prestigiosas de Europa.
Las exequias estuvieron oficiadas por el arzobispo de Atenas y primado de la Iglesia Ortodoxa de Grecia, Jerónimo II, quien flanqueado por todo el Santo Sínodo (conferencia episcopal) ofreció una liturgia propia de un hombre privado.
Al final, el hijo mayor, Pablo de Grecia, pronunció unas palabras de recuerdo que aprovechó para recordar la participación de Constantino en los Juegos Olímpicos de Roma, y honrar su «patriotismo» en momentos difíciles para Grecia, como lo fue el golpe de Estado en 1967.
«Siempre fiel al legado de tu padre, aceptaste respetuosamente la decisión del pueblo griego», apostilló en alusión al referéndum.
Al término de la misa, los invitados se trasladaron al cementerio en las antiguas fincas reales de Tatoi, donde yacen los padres de Constantino, el rey Pablo y la reina Federica de Hannover, así como otros miembros de la familia real helena.