El joven, que depende únicamente de su madre, sufre espina bífida, una afección que afecta la columna vertebral, y un retraso madurativo asociado
Diego tiene 28 años, tiene espina bífida y un retraso madurativo asociado. Con un 100% de discapacidad , es totalmente dependiente de su madre.
Hace dos año solicitaron plaza en un Centro de Día al Cabildo de Gran Canaria con el fin de facilitar la inserción social de Diego. Las largas listas de espera se sienten interminables.
Según la madre, «Diego necesita un sitio donde lo atiendan lo psicólogos y donde esté en contacto con otros muchachos de su edad». Se siente desbordada, impotente ante las necesidades de Diego, que le supera psicológica y emocionalmente.
«Yo, como madre, le doy todo lo que puedo, pero me siento atada. Yo solo pido un centro para poder respirar un poco, y para que él tenga su propia vida», concluye Libertad