El presidente del Gobierno ha recordado que la posición de España sobre el Sáhara la comparte otra decena de países europeos
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha justificado este miércoles el giro de la posición española ante el Sáhara y ha recordado que es similar a la actitud al respecto de otra decena de países europeos.
«No estamos solos», ha subrayado ante el pleno del Congreso después de que en su comparecencia para informar en principio de varios asuntos de carácter internacional haya recibido los reproches de gran parte del hemiciclo por la nueva relación con Marruecos.
La portavoz del grupo popular, Cuca Gamarra, llegó a pedirle el cese de su vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, por considerar que Marruecos es una dictadura.
No ha respondido de forma pormenorizada a esas críticas después de que en su intervención inicial retara a quienes quieren aplicar otra política alternativa con Marruecos a que la expliquen y digan si es compatible con el programa de profundización de una «relación que es estratégica» para Ceuta y Melilla, pero también para Canarias y Andalucía.
Pero sí se ha referido en su respuesta a los portavoces a la posición sobre el Sáhara para recordar que hay otra decena de países europeos que tienen la misma posición que España al respecto.
Y los ha enumerado (Francia, Alemania, Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Hungría, Rumanía, Chipre, Austria y Grecia) antes de hacer su afirmación: «No estamos solos».
Posición reconocida por la ONU
Además, ha recordado que se trata de una posición reconocida en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
De la misma forma, ha reiterado que tendrán que ser las partes implicadas en la negociación las que acepten un acuerdo y que el Gobierno apoyará esas conversaciones.
Por otra parte, ha recalcado que España es el país que más ayuda destina al pueblo saharaui.
Sánchez ha aprovechado para insistir en los beneficios de la nueva etapa en las relaciones con Marruecos, entre ellos el descenso de la inmigración irregular procedente de este país.
Pero también ha destacado el aumento de las relaciones comerciales y de la inversión de empresas españolas en el país vecino, así como el aspecto relativo a la seguridad nacional y que ha dicho que es fundamental en la relación con Marruecos.
Sobre la apertura de las aduanas comerciales en Ceuta y Melilla ha insistido en que se hará de forma progresiva y con cierta discreción.
Silencio con lo acordado con Marruecos
En su dúplica, Cuca Gamarra ha reprochado de nuevo que Sánchez no haya dicho «una sola palabra» de lo acordado con Marruecos y ha vuelto a preguntarle cuándo se abrirán las aduanas de Ceuta y Melilla o si los contenidos espiados de su teléfono condicionan su política exterior.
Y de nuevo, le ha vuelto a preguntar si cesará a Yolanda Díaz por afirmar que Marruecos «es una dictadura».
Por su parte, Abascal ha reprochado a Sánchez que no le haya dado «ninguna respuesta sobre Marruecos» en sus «86 minutos de sermón», por lo que le ha pedido que «al menos mienta sobre lo que está en el orden del día».
Inés Arrimadas, portavoz de Ciudadanos, se ha preguntado asimismo si Sánchez iba a marcharse del Congreso sin aclarar si, tal como se ha publicado, antes del cese de Arancha González Laya como ministra de Exteriores, hubo una reunión en la que Marruecos exigió esa salida del Gobierno.
Claudicación ante Marruecos
La portavoz de Coalición Canaria en el Congreso, Ana Oramas, ha calificado la relación del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, con Marruecos como «la crónica de una claudicación en la que una de las partes impone lo que quiere y cuando quiere», advirtiendo de que está poniendo en juego «de forma irresponsable» el futuro de Canarias, Ceuta y Melilla.
Así se lo ha dicho Oramas a Sánchez durante su intervención donde ha cargado contra las últimas decisiones de Sánchez respecto a esta relación con Marruecos, recogiendo las palabras del eurodiputado socialista Juan Fernando López Aguilar de «tragarse algún sapo» con Rabat. «Lo que pasa es que va camino de tragarse una charca», ha apostillado.
Asimismo, ha sacado a colación las últimas declaraciones del presidente del Senado marroquí sobre Ceuta y Melilla, asegurando que, bajo su punto de vista, estas palabras «es lo que piensan las autoridades» de este país.