Los atentados del 11S en Estados Unidos marcaron un antes y un después en la política y la seguridad global
El 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos vivió uno de los atentados más devastadores de su historia, que marcó un antes y un después en la política y la seguridad global. Ese día, 19 terroristas de la red Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales para llevar a cabo ataques suicidas. Dos de estos aviones, el vuelo 11 de American Airlines y el vuelo 175 de United Airlines, fueron estrellados contra las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York. En cuestión de horas, ambos rascacielos se derrumbaron, causando la muerte de miles de personas.
Un tercer avión, el vuelo 77 de American Airlines, se estrelló contra el Pentágono, la sede del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, ubicada en Arlington, Virginia. El cuarto avión, el vuelo 93 de United Airlines, tenía como objetivo presumiblemente el Capitolio o la Casa Blanca en Washington D.C., pero se estrelló en un campo en Pensilvania después de que los pasajeros intentaran retomar el control del avión.
Los atentados del 11S dejaron un saldo de casi 3.000 muertos y más de 6.000 heridos, además del daño económico y del psicológico incalculable. Las imágenes de los aviones impactando contra las torres y el colapso de los edificios fueron transmitidas en vivo, conmocionando al mundo entero.
Lucha contra el terrorismo
Tras los ataques, el gobierno de Estados Unidos, bajo la presidencia de George W. Bush, lanzó la «Guerra contra el Terrorismo», que incluyó la invasión de Afganistán en octubre de 2001 para derrocar al régimen talibán que protegía a Osama bin Laden, líder de Al Qaeda. También se aprobaron estrictas leyes de seguridad, como la Ley Patriota, y se reorganizaron las agencias de inteligencia.
El 11S no solo afectó a Estados Unidos, sino que transformó la política internacional y la percepción global sobre el terrorismo, generando repercusiones que se sienten hasta hoy.
Tres años después del ataque a las Torres Gemelas, España también se vio sacudido por el terrorismo. En 2004 se produjo el peor atentado de nuestra historia. El 11M está considerado como el peor atentado en Europa del siglo XXI. Una serie de ataques terroristas en cuatro trenes de la red de cercanías causaron la muerte de 193 personas y más de 2.000 heridos.
Los otros atentados
Un año más tarde, se repite la historia. La ciudad elegida por el Estado Islámico fue Londres.
Tres bombas en tres vagones del metro y una cuarta que explotó en una guagua. Fallecieron 56 personas, incluidos los cuatro terroristas sospechosos. Unos 700 ciudadanos resultaron heridos.
En 2015, 10 ataques en París, entre tiroteos a terrazas y bares, toma de rehenes en la famosa sala Bataclán, explosiones suicidas en los alrededores del estadio de fútbol. En total, 131 personas asesinadas y más de 400 heridas.
Barcelona se convirtió en epicentro del terror en 2015. Un atropello masivo en Las Ramblas dejó 25 muertos y más de un centenar de heridos. Horas después de produce otro ataque terrorista en Cambrils. Todos ellos reivindicados por el Daesh.
A pesar del terror sembrado y de los cambios que sus atentados han traído consigo en nuestro estilo de vida, el endurecimiento de las condenas de los terroristas y la activación de las alertas antiterroristas en Europa han logrado que las fuerzas de seguridad, en muchos casos, localicen a los responsables de estos atentados que se han cobrado la vida de miles de inocentes por todo el mundo.