En la última década, en España se han inscrito más de 2.300 niños nacidos por vientres de alquiler llegados de diferentes territorios.
Los vientres de alquiler están prohibidos en España y en gran parte del mundo. La explotación reproductiva se considera otra forma de violencia contra la mujer.
Este negocio mueve al año más de 5.000 millones de euros. En la última década, han llegado a nuestro país más de 2.300 menores nacidos por este negocio.
La novela escrita por Margaret Atwood, en los años 80 no se quedó en una fábula. En la actualidad, a través de un contrato mercantil se puede alquilar el vientre de una mujer para tener descendencia.
Solo Una decena de países permiten esta práctica de carácter comercial. Sin embargo, en la última década, en España se han inscrito más de 2.300 niños nacidos por vientres de alquiler llegados de diferentes territorios.
Numerosas agencias ofertan sus servicos en la red. Ucrania se ha convertido, en los últimos años, en el destino “low cost” por excelencia.
Ser reclutador o reclutadora es muy tentador ya que pueden llegar a ganar una comisión por mujer captada y bebé nacido y entregado de hasta cinco veces el salario anual.
Esta práctica se edulcora ocultando palabras como madre o vientre para que parezca altruista, pero siempre hay un afán de lucro durante el proceso.
Por lo general se selecciona cuidadosamente los óvulos de mujeres universitarias del primer mundo y después se elige a las gestantes pobres, porque son las que salen más baratas.
Tienen que firmar, además, un contrato que se sustenta, sobre todo, en anular el derecho de filiación, aunque este acuerdo no se considera válido.
La gestación subrogada en España está regulada y se estable como nulo de pleno derecho el contrato por el que se convenga la gestación a una mujer, con o sin precio, y la renuncia a favor de un tercero.