La organización ve necesario replantear los mecanismos de redistribución de la riqueza para reducir la desigualdad y fortalecer los sistemas de protección social
Cáritas Diocesana de Tenerife atendió el año pasado a un total de 16.776 personas, de ellas 3.912 menores, lo que supone un 20% más respecto a 2018 y refleja una preocupante tendencia al alza en la pobreza en las islas. Esta situación, según la organización, evidencia la cronificación de la pobreza en el archipiélago y la insuficiencia de las políticas públicas para combatirla.
Las cifras de Cáritas muestran un panorama desalentador: en los últimos seis años, el número de personas atendidas se ha mantenido en niveles similares, con un leve descenso en 2022 debido a la respuesta social ante la erupción volcánica de La Palma. Sin embargo, más allá de esta coyuntura específica, los datos indican que la pobreza estructural sigue azotando a Tenerife, con un tercio de la población en riesgo de exclusión.
Medidas urgentes y estructurales
Juan Rognoni, director de Cáritas Tenerife, ha advertido sobre la «falsa tranquilidad» que puede generar la ausencia de grandes crisis como la pandemia o el volcán en los últimos años. A pesar de la aparente mejora en los indicadores macroeconómicos, la realidad es que la pobreza no ha disminuido, sino que se mantiene en niveles alarmantes.
Esta situación exige medidas urgentes y estructurales que vayan más allá de las ayudas puntuales, según Cáritas. Es necesario replantear los mecanismos de redistribución de la riqueza para reducir la desigualdad y fortalecer los sistemas de protección social. De lo contrario, la entidad advierte que cualquier nueva crisis podría tener un impacto devastador en la sociedad canaria.
Personas sin hogar y dificultades de acceso a la vivienda
El informe de Cáritas también destaca el aumento de las personas sin hogar, con un 70% más de personas atendidas en las unidades móviles de atención en calle en los últimos cinco años. La entidad gestiona siete recursos alojativos y diversos programas de apoyo para este colectivo, pero la demanda sigue creciendo.
En relación al acceso a la vivienda, Cáritas denuncia la falta de políticas efectivas que garanticen este derecho fundamental. La vivienda no puede ser un lujo al alcance de unos pocos, sino un bien accesible para todos, independientemente de su origen o condición socioeconómica.