El Ayuntamiento de Granadilla de Abona se reunido con los taxistas del sur de Tenerife y con distintos municipios para hacer un frente común con respecto a los vehículos Uber
La preocupación del sector del taxi atraviesa los ayuntamientos del sur de Tenerife. La llegada de Uber a principios de junio ha desencadenado las primeras consecuencias; los taxistas hablan de «problemas de convivencia«.
La presidenta de la Asociación del Taxis de Granadilla de Abona, Montserrat Fernández, asegura que «no conocen el sector» y, además, «se les ha dicho varias veces que no entren en nuestras paradas».
El Ayuntamiento de Granadilla de Abona ha dado orden a la Policía Local para que compruebe si los VTC incumplen la ley. Esto ha tenido lugar después de que el consistorio se reuniera con el sector del taxi en el sur de la isla, y con los ayuntamientos de Arona, Guía de Isora, San Miguel de Abona y Santiago del Teide, con el objetivo de buscar soluciones.
La alcaldesa del Ayuntamiento de Granadilla de Abona, Jennifer Miranda, afirma que «lo que nosotros proponemos es que se incorporen otros criterios objetivos que no sean los criterios económicos que han sido tumbados por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Barcelona«.
Los criterios de basan en la sostenibilidad y apelan a una disminución del tráfico. Los profesionales reconocen su preocupación de cara al futuro tras conocer que, en la actualidad, Canarias cuenta con 5.000 licencias de VTC pendientes de resolución.
Mientras los taxistas esperan una reunión con el Cabildo de Tenerife y el Gobierno de Canarias de aquí a finales de año, Uber prefiere no responder a las acusaciones.