Lanzarote sufre otro atentado contra su patrimonio, en este caso arqueológico. Varios muros del sendero de Caldera Blanca han sido grabados con símbolos. Los ecologistas piden más vigilancia y concienciación
El sendero de Caldera Blanca es uno de los más transitados de Lanzarote, ya que está rodeado de las coladas volcánicas de la erupción de Timafanfaya, un atractivo que capta cada día a cientos de turistas.
«Parece que ahora se disfruta más la naturaleza, la gente al campo, vemos más empresas que se dedican al senderismo, la gente valora el medio ambiente, la naturaleza», comenta la portavoz de Ecologistas en Acción de Lanzarote, Amparo Perdomo.
No obstante, se desconocen los motivos de algunos individuos para dejar los muros de la zona de Caldera Blanca repletos de símbolos. «Al entrar en esos espacios se sienten con la necesidad de poner su firma, su sello», explica Perdomo.
Se trata de un sendero ubicado dentro del parque natural de los volcanes, y que no tiene base jurídica para su protección. «Las administraciones públicas no ponen los medios para que efectivamente esos espacios estén protegidos. Yo creo que hay una doble corresponsabilidad: los usuarios, los turistas, quienes van a esa naturaleza, a esos paisajes y los deterioran, y también las administraciones», añade.
Desde el Cabildo de Lanzarote aseguran que tiene constancia de estos hechos desde hace varios años. Para los ecologistas se podría mejorar «Con carteles, con vigilancia, con concienciación, con educación», propone. Son actos que demuestran la poca educación ambiental que existe y el respeto hacia el entorno que nos rodea.