China y Taiwán se encuentran en un estado de tensión generado tras la visita de la estadounidense Nancy Pelosi a la isla. Las consecuencias a nivel mundial podrían ser muy negativas en caso de que finalmente se diera un conflicto armado
China y Taiwán viven actualmente a las puertas de una crisis política y militar que podría tener unas consecuencias nefastas a nivel global. En un contexto de recesión económica, con la inflación y la crisis energética azuzando a la economía global y nacional, las consecuencias de un hipotético conflicto armado serían un desastre.
La situación se ha agravado tras la visita a la isla de la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso de EEUU, Nancy Pelosi, a la que el gobierno chino ha sancionado. Tras su visita, además, las autoridades de China han suspendido contactos a nivel militar, judicial y climático con el Gobierno de Estados Unidos.
La industria de Taiwan es la principal productora de semiconductores y abarca aproximadamente el 65% de la producción mundial. Sin embargo, es en los secotores de alta tecnología donde su papel es crucial.
Se trata de chips que son un componente esencial para la fabricación de la gran mayoría de dispositivos electrónicos de uso diario. Desde móviles y ordenadores, hasta electrodomésticos y automóviles.
No obstante, algunos expertos ven lejos esta posibilidad ya que también sería un panorama desolador para la propia China, mucho más vulnerable a las sanciones internacionales.