Los amarillos tuvieron que acabar pidiendo la hora contra los de Cervera tras quedarse con uno menos por la segunda amarilla a Loiodice y verse metido en su propia área en el tramo final
El Real Oviedo firmó un empate sin goles y manejó los tiempos de partido ante Las Palmas, que apenas pudo llegar con peligro a la portería de Braat y tuvo que acabar pidiendo la hora contra los de Cervera tras quedarse con uno menos por la segunda amarilla a Loiodice y verse metido en su propia área en el tramo final.
La primera mitad no fue vistosa en cuanto a ocasiones, pero sí dejó ver a un Oviedo cómodo, sabiendo contrarrestar a Las Palmas de García Pimienta e incluso llegando al área contraria, sobre todo por la izquierda.
La presión bastante elevada de los locales obligó al líder de la categoría a jugar en largo, y eso hizo que los visitantes tuviesen mucha más dificultad para sorprender y desbordar al conjunto entrenado por Álvaro Cervera.
Los azules tuvieron algunos acercamientos, sobre todo a balón parado, pero ninguno que pusiera en verdaderos aprietos a la zaga amarilla ni que supusiera acción de mérito para un Álex Domínguez casi tan tranquilo como Braat en el primer tiempo.
Reacción en la segunda mitad
A García Pimienta pareció no convencerle el guión visto hasta entonces, y al descanso dio entrada a Sidnei y a Marvin para sacudir a su equipo: lo logró en los primeros compases con una acción personal de Clemente que saca Braat en el primer palo y con un pase de este a Marvin solo unos minutos después que el mallorquín envió fuera.
La más clara, sin embargo, fue para un Oviedo que levantó al Tartiere con una volea de Bastón que se estrelló en el larguero cuando todo el mundo celebraba ya el tiro del pichichi a pase de Enrich.
Justo cuando García Pimienta movía otra vez banquillo para buscar soluciones con la entrada de Vitolo, Las Palmas se quedaba con uno menos por un pisotón de Loiodice a Enrich que le valió al centrocampista la segunda mitad.
Con superioridad y quince minutos aún por delante, las ocasiones del Oviedo empezaron a sucederse y a ser cada vez más claras, pero la más peligrosa fue un tiro desde la frontal de Jimmy y una mano salvadora de Álex Domínguez evitó que acabase dentro.
Florín lo intentó en una jugada aislada tras recibir un balón en largo, pero, a pesar de lo peligroso de su disparo cruzado, el balón se acabó yendo por la línea de fondo y los amarillos pidieron la hora para llevarse un punto del Tartiere, donde les arroparon medio millar de los suyos en las gradas.