La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, visitará Canarias el próximo18 de diciembre para conocer de primera mano la situación migratoria
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, defiende que España es un país solidario y «para nada racista», que ha estado siempre «a la altura» ante las crisis migratoria. Si bien lamenta que haya partidos políticos que hacen «cierta apología del racismo y de la xenofobia«.
En una entrevista, la primera que concede desde que asumió la cartera, Saiz hace una «declaración de intenciones» y asegura que va a llevar «como bandera» la gestión migratoria. Quiere conocer ‘in situ’ la realidad que atraviesa Canarias -donde hasta el 30 de noviembre han llegado 35.410 migrantes- . El próximo viernes 18 visitará las islas junto a la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, y el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Desde el pasado mes de julio se ha incrementado de forma notable la llegada de pateras al archipiélago. En sólo 5 meses han arribado más personas que en cualquier otro año de esta década. Ya se han superado las cifras registradas en todo 2006, cuando se produjo la llamada crisis de los cayucos, en la que arribaron 31.678 personas.
14.000 migrantes trasladados a la península desde Canarias
La nueva titular de Migraciones podrá ver en primera persona las condiciones en que llegan los migrantes. Y cómo es la atención que reciben en los distintos recursos disponibles en las islas. En estos momentos en Canarias hay acogidas 2.400 personas en una red con 6.000 plazas, por lo que «el sistema no está tensionado».
Ante esta emergencia humanitaria, el Gobierno agilizó los traslados de migrantes a la península. Se han derivado unas 14.000 personas y en todo el sistema de acogida hay unos 40.000 inmigrantes, ha detallado Saiz.
En Canarias quedan los menores no acompañados, responsabilidad de las comunidades autónomas a las que llegan.
Canarias tutela en estos momentos a más de 4.700 y, a pesar de las peticiones de las autoridades autonómicas, Saiz descarta que el Gobierno tenga previsto llevar a cabo algún tipo de presión para regular un mecanismo para el reparto de los menores migrantes no acompañados. Apuesta por el diálogo y por trabajar «de la mano de las administraciones».
A diferencia de lo que ocurrió con la acogida de refugiados ucranianos, la atención a los migrantes africanos y sus traslados a la península han traído consigo una ola de declaraciones críticas y alarmistas por parte del PP y Vox.
«Creo que en algunos casos se les ven las costuras o salen de las entrañas lo que son planteamientos xenófobos, que indudablemente van en las ideologías. Lo estamos viendo también en otras olas reaccionarias en Europa. Por eso es tan importante quién está al frente de un ministerio y de un gobierno. Es cuestión de ideología y de humanidad», ha afirmado la ministra.
«España no es un país racista, otra cosa es que hay determinadas declaraciones y grupos políticos que hacen cierta apología del racismo y de la xenofobia. Pero nuestro país es un país solidario, para nada racista», ha remarcado.
Trabajo, pedagogía y sosiego
Insta a trabajar de manera coordinada por una migración regular, ordenada, segura, que dé respuesta a las crisis humanitarias, y defiende que «frente a esos brotes xenófobos», hay que contestar con «trabajo, acción política, pedagogía, mucho sosiego y condenando cualquier atisbo de violencia«.
Con las negociaciones para alcanzar un acuerdo sobre el Pacto europeo de Migración y Asilo en su fase final, la ministra se muestra convencida de que finalmente «se encontrarán buenas soluciones» antes de que finalice el semestre de la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea.
Respecto a la iniciativa legislativa popular que llevaron al Congreso diversas ONG para realizar una regularización extraordinaria de unos 500.000 inmigrantes como la que puso en marcha en 2005 el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, Saiz ha sido prudente y ha dicho que quiere escuchar a las organizaciones antes de tomar decisiones.
«Los contextos internacionales no son siempre los mismos, tienen peculiaridades que nos pueden hacer adoptar decisiones distintas», ha agregado la ministra. Ha mostrado su disposición para «remangarse y trabajar codo con codo» con las entidades.