La organización reivindica la contratación de empleadas del hogar debido a las dificultades que tienen las familias empleadoras por los cambios legales
Cáritas Diocesana de Canarias ha denunciado este lunes un descenso en la contratación de empleadas del hogar debido a las dificultades que se han encontrado las familias empleadoras con los recientes cambios legales. Por este motivo, piden más apoyo institucional a la hora de fomentar el empleo.
En la actualidad, el principal problema al que se enfrenta este sector es la dificultad para acceder a la Seguridad Social. Estas siguen padeciendo la precarización de sus condiciones laborales, pese al Real Decreto Ley 16/2022 que las ampara legalmente. Así lo ha reivindicado Cáritas con motivo del día internacional de las trabajadoras del hogar, que se conmemora cada 30 de marzo.
La técnica del área de Empleo de Cáritas Diocesana de Canarias, Elizabeth Herrera, ha explicado que han detectado una disminución de la afiliación en la Seguridad Social de empleadas del hogar del 14%, pasando de unas 5.800 mensuales que había en septiembre de 2022 a unas 4.600 en febrero de 2025.
Se sienten invisibles
Pese a esa reforma legal y al Real Decreto 893/2024, desde Cáritas han insistido en que no se está traduciendo en una mejora de las condiciones de este sector laboral, que sigue invisibilizado.
Por ello, antes de leer un manifiesto conjunto con el resto de delegaciones del país, medio centenar de empleadas del hogar y personal de Cáritas de Las Palmas de Gran Canaria han posado tapándose las caras, los ojos o las bocas para denunciar esa invisibilización.

Dos de las trabajadoras del hogar que han participado en este acto, Rosa Gómez y Enma Duarte, han detallado sus experiencias trabajando en este sector en los últimos años: la primera desde hace siete, y la segunda desde hace tres.
Ambas han coincidido en que la entidad sin ánimo de lucro les ha brindado conocimientos para poder exigir respeto por sus derechos laborales. Además, les ha acompañado en su proceso para obtener un permiso de trabajo, la residencia y, por tanto, un mejor contrato.
Reivindicaciones
Por su parte, Duarte, responsable de la familia que ha dejado en su país de origen, ha indicado que algunos de sus empleadores no han respetado sus derechos. «Nos sobrecargan un poquito de trabajo, nos asignan más tareas, no nos pagan los festivos ni los domingos, cuando nos enfermamos tenemos que reponer ese tiempo…».
Por todo ello, desde Cáritas han reivindicado no solo una mejora en las condiciones laborales de este colectivo, sino que haya una clasificación profesional «necesaria» para que se las distinga entre las que llevan a cabo tareas domésticas y las que cuidan a personas dependientes.

Además, han abogado por una mayor contribución por parte de las personas empleadoras a generar «condiciones justas y decentes» de trabajo para las empleadas del hogar. Asimismo, ven necesario que la administración pública adopte medidas para fomentar la contratación y brindar más apoyo a las familias que dan trabajo.
Por último, ha llamado a una mayor vigilancia y control del cumplimiento de la normativa laboral en las contrataciones de empleadas del hogar.