La Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha reclamado «solidaridad interterritorial» entre todas las comunidades autónomas para que haya un reparto «equitativo» de los migrantes que están llegando a Canarias
En lo que va de año han llegado a Canarias 32.000 personas. Unas cifras que han hecho saltar por los aires las registradas durante la crisis de los cayucos de 2006 (31.678) y que han obligado al Gobierno a acelerar el traslado a la península de los migrantes para descongestionar los centros de primera acogida en el archipiélago, lo que ha generado declaraciones racistas de diversos dirigentes políticos del PP y Vox.
Por ello, CEAR exige responsabilidad política para no propagar mensajes de odio ante estos traslados. «Nos preocupa enormemente el racismo, la xenofobia y la islamofobia en algunos mensajes de representantes políticos que ponen en peligro la convivencia y la cohesión social», denuncia su directora general, Estrella Galán.
Ante la situación de emergencia que atraviesa Canarias, la entidad considera necesario continuar gestionando traslados «ágiles, transparentes y sistematizados» para evitar que las islas se conviertan en «campos de retención».
CEAR reclama «respuesta ágil y garantista»
Reclama también una «respuesta ágil y garantista» que permita ampliar la capacidad del sistema de acogida y asegurar la identificación de personas con necesidades de protección, además de garantizar una estructura «estable y digna» de acogida humanitaria.
Asimismo pide que se garantice el acceso a atención jurídica individualizada, a traducción e interpretación, a la tutela judicial efectiva y al procedimiento de protección internacional.
Insta al Gobierno para que tenga una política migratoria «planificada y con un enfoque de derechos» y, con motivo de la actual Presidencia española del Consejo de la Unión Europea, le pide que promueva un mecanismo de solidaridad obligatorio y permanente de reubicación de migrantes entre los países miembro y otro de desembarco «seguro y predecible»
Las negociaciones sobre el nuevo Pacto Europeo sobre Migración y Asilo representan una oportunidad para alcanzar este objetivo, así como para poner fin a los acuerdos de externalización de fronteras con terceros países de origen y tránsito.