Hallan restos óseos y parte del suelo del exconvento de San Lorenzo de La Orotava

La investigación ha hallado parte del suelo del antiguo convento, arrasado por un incendio en 1801

Hallan restos óseos y un convento arrasado por un incendio
Iglesia de San Francisco, en La Orotava. Imagen Ayuntamiento de La Orotava

Un equipo de arqueólogos ha localizado restos óseos y de un convento franciscano que quedó arrasado por un incendio en 1801 al sur de la iglesia de San Francisco, en La Orotava.

Los trabajos, desarrollados por la empresa especializada PRORED, financiados por la Dirección General de Patrimonio Cultural y con la colaboración del Ayuntamiento de La Orotava, han permitido la localización de parte del suelo del antiguo convento de San Lorenzo, bautizada por José Viera y Clavijo como ‘El Escorial de Canarias’.

Esta nueva intervención se considera «clave» para determinar a qué zona del templo se ha llegado, si a una nave central o lateral, ya que se ha evidenciado la presencia de losa chasnera, en posición primaria, lo que «nos permite plantear que estamos ante el suelo del convento», asegura Hacomar Ruiz, director de la campaña.

Aunque los elementos constructivos, imágenes, mobiliario y documentos de este edificio eclesiástico se consumieron por las llamas, algunos bienes arquitectónicos se han conservado casi 300 años después, como el arco de piedra o la columna de estilo corintio.

Labores de restauración

La posterior reutilización de este espacio, que fue construido en 1519 a iniciativa del conquistador Bartolomé Benítez de Lugo, sobrino del Adelantado Alonso Fernández de Lugo, ha conllevado la ocultación parcial de los bienes arquitectónicos que resistieron al incendio, ya que se encuentran cubiertos por varias superposiciones de pintura plástica blanca entre otras afecciones, detalla Patrimonio en un comunicado.

La directora general de Patrimonio Cultural, María Antonia Perera, indica que las labores de restauración son esenciales en este proyecto porque «ayudan a la lectura del convento, a más o menos ubicar cómo estaba y entender su funcionamiento», ya que permiten la consolidación de los elementos arquitectónicos para estudiarlos desde un punto de vista multidisciplinar.

Los bienes constructivos localizados son, entre otros, restos de esa losa chasnera, pizarra, ladrillo, losa de barro cocido y también piezas propias del modo de vida de esta época como la cerámica a mano.

Restos óseos

Además, se han descubierto huesos humanos que «parecen evidenciar que esta zona se usó como camposanto», indica el arqueólogo.

«Tenemos que entender que en esta época, previa al siglo XIX, donde los cementerios civiles no existían, los enterramientos se ubicaban en iglesias», pero «lo que no sabemos todavía es si estamos ante enterramientos permanentes o ante algún tipo de fosa donde habría restos de diferentes individuos», explica.

Tras estos hallazgos, la investigación se centra ahora en analizar los restos óseos para tener una datación aproximada de en qué momento estaba funcionando este espacio como cementerio, y también en estudiar los bienes arquitectónicos para definir los materiales que se utilizaban a principios del siglo XVI en este ámbito. 

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