El Día Internacional de la Infancia conmemora la Declaración Universal de los Derechos del Niño y la Convención de los Derechos del Niño
Este 20 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Infancia, día en el que se conmemoran los aniversarios de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la aprobación de la Convención de los Derechos del Niño (1989).
Esta Convención, la más universal de los tratados internacionales, establece una serie de derechos para los niños y las niñas, incluidos los relativos a la vida, la salud y la educación, el derecho a jugar, a la vida familiar, a la protección frente a la violencia y la discriminación, y a que se escuchen sus opiniones.
Todos los miembros la sociedad, desde la familia, personal docente y sanitario, dirigentes gubernamentales, líderes religiosos, personalidades de la política, mundo empresarial, la sociedad civil hasta los medios de comunicación; desempeñan un papel clave en el bienestar de la infancia.
Más de 400 millones de niños viven amenazados por los diferentes conflictos y desastres naturales en todo el mundo. Cerca de 9 millones de niños y niñas tienen el riesgo real de sufrir hambrunas si no se toman medidas para evitarlas.
Además, cada día muren más de 13.000 niños y niñas menores de cinco años de enfermedades que pueden ser evitables. Asimismo, la violencia, la explotación y la pobreza dejan fuera de la escolarización a miles de niños y niñas.
Conflictos y desastres naturales
En lugares como Gaza, la escalada de hostilidades ha puesto en riesgo la vida de un millón de niños y niñas que se enfrentan a ataques contra hospitales y otra infraestructura civil, así como a la falta de acceso a agua potable o a atención sanitaria, y de los que continúan cautivos. Por otro lado, niñas y niños israelís siguen secuestrados por Hamás en paradero desconocido.
Ucrania lleva casi dos años sumida en una guerra que ha obligado a casi dos tercios de todos los niños y niñas del país a abandonar sus hogares.
Y, más allá de estos conflictos más mediáticos, la infancia sigue sufriendo en Siria, Afganistán, Sudán, República Democrática del Congo, República Centroafricana o Yemen.
Además, los desastres naturales siguen suponiendo un riesgo para la infancia, como han demostrado este año los terremotos en Turquía y Siria, las inundaciones en Libia o, más recientemente, el terremoto en Nepal.
Estas situaciones se ven agravadas por los efectos del cambio climático, y ya 1 de cada 3 niños -739 millones- vive en zonas del planeta expuestas a una escasez de agua elevada o muy elevada, según informa Unicef España en este Día Mundial de la Infancia.
La infancia en España
En nuestro país, se evidencia de invertir en políticas públicas para lograr más avances (por ejemplo, aprobando la Ley de Familias, implementando de manera correcta la figura del coordinador de bienestar o impulsando la Garantía Infantil Europea, GIE). España está a la cola de la Unión Europea (UE) en cifras de pobreza infantil, con el 32,2 % de los niños y niñas en riesgo de sufrirla.
Preocupa también la salud mental, especialmente desde la pandemia de COVID-19, ya que el 15% de los adolescentes presenta síntomas graves o moderadamente graves de depresión, y el número de suicidios de jóvenes ha aumentado desde 2020.
Unicef España considera en este sentido que es importante también reforzar el sistema de protección a la infancia en nuestro país, tanto para prevenir y abordar la violencia -entre pares y contra la infancia- en todos los ámbitos de la vida de un niño; como para mejorar la atención a los niños y niñas más vulnerables, por ejemplo, la infancia migrante que llega a Canarias, cuyo sistema de protección acoge ya a más de 4.400 menores de edad no acompañados.
En una sociedad en la que la tecnología ocupa un lugar tan destacado, Unicef pide garantizar la protección a la infancia también en el ámbito digital, para mejorar datos tan preocupantes como que un 42% de los niños, niñas y adolescentes de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) ha recibido mensajes erótico-sexuales por parte de un adulto a través de redes, chats o videojuegos.