La Bajada de la Virgen del Pino se celebra desde el siglo XVII, una tradición que este año conmemora su 52ª bajada a la capital grancanaria
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El próximo 31 de mayo tendrá lugar la LII Bajada de la Virgen del Pino a Las Palmas de Gran Canaria, una cita histórica con más de cuatro siglos de historia y tradición en la isla.
Tras diez años desde la última vez que Nuestra Señora del Pino visitó Las Palmas de Gran Canaria, lo cierto es que este 2025 está lleno de novedades que, sin desligarse de la tradición, hacen de la Bajada una fecha muy esperada para las personas devotas.
Para descifrar algunos de los entresijos más interesantes sobre la Bajada de la Virgen del Pino, Radio Televisión Canaria (RTVC) ha podido contar con el testimonio de José Luis Yánez Rodríguez, Cronista Oficial de la Villa de Teror. Como señalan desde el ayuntamiento, «la figura del cronista es para Teror algo irrenunciable: a él se debe el cuidado y la custodia de la memoria colectiva y el registro de los acontecimientos históricos que son contemporáneos a su persona».
La leyenda de la Virgen del Pino
La devoción por la Virgen del Pino tiene sus comienzos en 1481 cuando, según la leyenda, la imagen de la Virgen apareció en lo alto de un gran pino, apoyada en una peana en la que quedaron marcadas sus huellas. Según explica el cronista, la leyenda sitúa la aparición en medio del bosque de Doramas, lugar de laurisilva que no era zona de pinares. Asimismo, se decía que el pino era fuente de propiedades medicinales.
Sin embargo, el Pino de las Maravillas, como se le conoce, fue derribado por un fuerte vendaval en 1684, dejando a los vecinos y vecinas una fuerte consternación. En su lugar, con la madera del pino caído se construyó una cruz, conocida como la Cruz Verde, que se conserva en el Camarín de la Virgen a día de hoy.
«No se entiende Teror sin la Virgen del Pino y no se entiende todo lo que rodea a la Virgen sin que Teror esté ahí. Es una simbiosis total y absoluta que los terorenses mantenemos con un orgullo especial y sin el cual no se entiende el ser, la razón y la historia de la Villa de Teror», señala el cronista Yánez.

Más de cuatro siglos de historia
Yánez es cronista de Teror desde inicios del año 2007. Antes sus ojos, ya ha podido ver con anterioridad cómo la patrona de la diócesis de Canarias partía de la Basílica de Nuestra Señora del Pino hacia la capital grancanaria.
«Ser cronista no tiene relación con las festividades en concreto, pero sí con todas. El cronista interpreta el día a día con el enfoque histórico y ubica ese día a día en una línea que define la historia del lugar donde hace las crónicas», puntualiza Yánez.
Las Bajadas de la Virgen del Pino comenzaron a realizarse en el siglo XVII a raíz de la insistencia del pueblo por la fama de «milagrera» que tenía la imagen de Nuestra Señora del Pino. «La gente pedía que la bajaran hasta la catedral para hacerle todo tipo de rogativas y peticiones. La mayoría de veces era por cuestiones de lluvia, pero las había de todo tipos entonces, como plagas de langostas o enfermedades», explica el cronista.
La primera Bajada pedía por la falta de agua en la isla
La primera Bajada de la Virgen del Pino a Las Palmas de Gran Canaria de la que se tiene constancia en es en marzo de 1607 para pedir por la falta de lluvias.
No obstante, aunque las Bajadas tengan siglos de historia, lo cierto es que en el siglo XIX dejaron de hacerse debido a las grandes lluvias que dificultaban el acceso a los caminos. Se volvieron a retomar tras más de un siglo en 1936 con el inicio de la Guerra Civil, una propuesta con tintes políticos del bando nacional con el objetivo de implorar el fin de la contienda y la victoria de los militares.
Posteriormente, las Bajadas recuperaron su significado religioso y se retomaron en los años 1954, 1965, 1988, 2000 y 2014. Asimismo, en octubre de 2019, Nuestra Señora del Pino realizó una peregrinación especial con motivo de los incendios que se produjeron en agosto de ese mismo año. Así, visitó Agaete, Gáldar, Santa María de Guía, Moya, San Mateo, Tejeda, Artenara y Valleseco.


Patrona de Gran Canaria
Nuestra Señora del Pino es la patrona de Gran Canaria. En 1914, el papa Pío X designó patronal principal de la diócesis de Canarias a la Santísima Virgen del Pino, Como explica Yánez, hasta el siglo XIX el Archipiélago solo tenía una diócesis con sede catedralicia en Gran Canaria.
Tras la insistencia de políticos, representantes religiosos y del pueblo, en 1914 el pontífice accedió a la petición y estableció dos patronazgos principales según la diócesis: la de Gran Canaria con la Virgen del Pino, que mantiene el nombre antiguo de «diócesis de Canarias», y la de Tenerife, que tiene como patrona a Nuestra Señora de Candelaria.
Con todo, la Virgen del Pino cuenta con varios títulos y honores: es patrona de la diócesis de Canarias, patronal de la Villa Mariana de Teror, patrona de la provincia de Las Palmas, patrona del Colegio de Abogados de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y patrona de la isla de Gran Canaria.

Su primera visita al sur de la isla
Este año la Bajada de la Virgen del Pino tendrá lugar con motivo del Año Jubilar una celebración que tiene por objeto obtener una indulgencia plenaria según la Iglesia Católica romana y que se celebra cada 25 años de forma regular.
El 31 de mayo a las 6:00 horas saldrá la procesión desde la Basílica hacia la capital Gran Canaria. Tras cuatro días, la Virgen del Pino visitará por primera vez el sur de la isla, concretamente Santa Lucía de Tirajana el 3 de junio. Dos días más tarde se trasladará a Telde y el 7 de junio regresará a la capital donde visitará el Hospital Materno Infantil y permanecerá posteriormente en la catedral hasta el 15 de junio.
Bajo el lema ‘Camino de esperanza’ este año la Bajada de la Virgen del Pino se posiciona como un evento muy esperado por los feligreses que, con más de cuatro siglos de historia, sigue conmocionando a los devotos de Gran Canaria, así como afianzando al municipio de Teror como lugar de culto e historia de referencia.