El histórico inmueble de Machado, declarado Bien de Interés Cultural, se encuentra en grave estado de deterioro. Expertos proponen su restauración y conversión en un Centro de Interpretación del Camino Viejo de Candelaria
La Casa de Amaro Pargo, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y situada en Machado, en el municipio de El Rosario, en Tenerife, está «al borde de la desaparición», según advierten los aparejadores y profesores de Formación Profesional jubilados Ángel Adán y Beatriz García. Con el fin de salvar el inmueble, los especialistas han dado a conocer la intención del propietario de donarla al Cabildo de Tenerife para garantizar su preservación.

Las causas de su degradación son múltiples. La infraestructura sufre años de abandono, un progresivo deterioro de sus estructuras originales y saqueos de material noble —de madera y piedra, principalmente—, además de excavaciones ilegales realizadas con la esperanza de encontrar un “tesoro inexistente”, una acción que los expertos califican de “ignorancia peligrosa”.
Una ponencia para rescatar el inmueble
Adán y García ofrecieron recientemente una ponencia en el municipio en la que presentaron su iniciativa para rescatar la casa. Con motivo de las excavaciones ilegales, insistieron en que ese supuesto tesoro, es decir, el patrimonio mueble que perteneció a Amaro Pargo, “no está en la casa sino en diferentes iglesias y conventos”, donde forma parte del patrimonio histórico-artístico canario.
De cara a la protección del BIC, los especialistas anunciaron que el actual propietario ha formalizado una propuesta de donación al Cabildo. El objetivo es que la institución insular reciba la propiedad, impulse su protección, consolide las ruinas para hacerlas visitables y promueva una reconstrucción parcial.
Un Centro de Interpretación como propuesta
Adán y García proponen que el espacio se transforme en un Centro de Interpretación del Camino Viejo de Candelaria, siguiendo la línea de anteriores estudios realizados por alumnado de la Universidad de La Laguna (ULL) y el escritor y dinamizador cultural Alfredo López Pérez, que se suma a la iniciativa.
La propuesta busca recuperar el valor histórico y etnográfico del lugar, punto de descanso para peregrinos que viajaban desde La Laguna hacia Candelaria, como documentan registros desde 1642.
En 1744, la casa fue adquirida por el corsario Amaro Pargo, según escritura hallada por los historiadores Manuel de Paz Sánchez y Daniel García Pulido y publicada en el libro La Casa del Tesoro, lo que aumenta aún más su valor patrimonial.
Un patrimonio que se desmorona
Durante la conferencia, los ponentes mostraron fotografías que evidencian el grave deterioro del inmueble —grietas, muros derribados, techumbres hundidas—, que desde la muerte de su último morador, Felipe Trujillo, en 1975, ha sufrido una gran involución.
Los especialistas alertan de que la intervención “no puede demorarse más” y defienden que no se trata solo de recuperar restos, sino de reactivar el inmueble y su entorno como motor cultural y educativo vinculado a la historia local.
“Se debe rescatar un tesoro de identidad patrimonial e histórica que ya está medio enterrado”, afirmó Beatriz García. “Si no actuamos ahora, dentro de diez años esta casa sólo existirá en los archivos”, advirtió Ángel Adán.
Los ponentes reconocen los retos de la propuesta —la magnitud de las obras, la burocracia institucional, la financiación y la conservación del carácter original del BIC—, pero mantienen la esperanza. Destacan la existencia del ofrecimiento formal de donación, el creciente apoyo de colectivos culturales y la posibilidad de que el Cabildo asuma el impulso y la financiación del proyecto junto a otras administraciones públicas.