La rehabilitación de la Iglesia de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, desvela restos de los 70

La biografía del templo, donde tuvo lugar la primera misa oficial en Gran Canaria en 1478, está «íntimamente ligada al devenir de la población y de los asentamientos urbanos que proliferaron al calor del auge portuario»

Las Palmas de Gran Canaria ya ha culminado la rehabilitación en la Iglesia de La Luz, en el barrio de La Isleta de la capital, una intervención en la que afloraron restos ocultados en los años setenta, como uno de los tres rosetones, el cual se empleó como molde para replicar el resto y devolverlos a su estado original.

La rehabilitación de la Iglesia de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, desvela restos ocultados de los años 70
La rehabilitación de la Iglesia de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, desvela restos ocultados de los años 70

La rehabilitación tenía entre sus objetivos establecer un hilo conductor entre el exterior y el interior del templo, situado en el lugar donde tuvo lugar la primera misa oficial en Gran Canaria, en 1478, a cargo del deán Bermúdez en la mañana del 24 de julio, según ha especificado la corporación insular en una nota.

«Agradezco la aportación de quienes han asesorado e impulsado esta restauración», ha destacado el presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, en una nota de prensa, tras hacer este sábado el acto de presentación de la intervención, donde la corporación ha aportado 150.000 euros de inversión para la rehabilitación de la Iglesia de La Luz.

«El mayor legado religioso lo encargan quienes convierten sus vidas en un testimonio de entrega al prójimo. Y hoy este planeta envuelto en conflictos bélicos como el del genocidio de Gaza, hambre y desigualdades sociales necesita personas buenas que luchen por cambiar esta realidad», ha señalado Morales acompañado por el consejero insular de Presidencia y Movilidad Sostenible, Teodoro Sosa; la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Carolina Darias; el consejero de Educación del Gobierno de Canarias, Poli Suárez; y el obispo de Canarias, José Mazuelos.

Sobre la Iglesia de La Luz

El templo alberga una imagen de Nuestra Señora de la Luz, obra del insigne imaginero grancanario José Luján Pérez, datada en 1796. Además, contiene diversas piezas artísticas de considerable mérito, además del juego de 17 vidrieras de gran tamaño realizadas en Francia, así como un Viacrucis de finales del siglo XIX.

El templo actual, que fue inaugurado en el primer cuarto del siglo XX, sustituye a cuatro ermitas anteriores y es obra del arquitecto Laureano Arroyo, el único de bóvedas de media naranja junto a la Catedral de Canarias en la Plaza de Santa Ana.

«Los edificios lo ven y lo escuchan todo en su silencio. Contemplan y callan, con la prudencia de la piedra. Nos observan, seguro que muchas veces con incredulidad. Y otras, con admiración. Son testigos de nuestros logros y también de nuestros pesares. De las angustias y de las esperanzas humanas», ha reflexionado Morales.

«No siempre ocurre, pero a veces sucede que algunos de ellos, por su origen, ubicación, antigüedad y por la vocación con la que fueron levantados, nos acompañan en el camino, obrando el milagro de caminar a nuestro lado sin moverse de su lugar, guiándonos como una referencia inalterable. Como un faro», ha evocado.

La historia

Morales ha recordado que «la biografía del templo está íntimamente ligada al devenir de la población y de los asentamientos urbanos que proliferaron al calor del auge portuario. Aquellas gentes necesitaban voz y apoyo en sus justas reivindicaciones sociales, especialmente en el tránsito del siglo XIX al XX».

El presidente insular ha rememorado, asimismo, que «el barrio de La Isleta pasó de ser una pequeña criatura, casi una recién nacida, y se convirtió en un experimento demográfico del que había pocos antecedentes en Canarias, al pasar de apenas 2.000 habitantes en 1891 a 10.000 en 1910″.

«En 1914, cuando se inauguró este templo con música y estruendo de voladores, la población ya superaba los 16.000 habitantes. La parroquia creció a trompicones, con carencias presupuestarias, sacando casi de donde no había, haciendo uso de la imaginación, del mismo modo que construían sus hogares vecinos y vecinas», ha añadido.

De este modo, ha continuado el presidente insular, «como los muros de la parroquia no hablan, lo hicieron quienes hicieron su labor entre ellos». En ese sentido ha recordado al párroco Simón Pérez, que conectó con los más pobres: «Seguía la estela dejada por las ideas socialmente avanzadas del Obispo Pérez Muñoz, que da nombre a esta calle, la principal puerta de entrada al barrio, como un guiño para que los avances sociales sigan penetrando en La Isleta«, ha continuado.

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