El TrajeMax es un dispositivo que simula el envejecimiento a través de la simulación de temblores, reducir la movilidad y la agudeza visual y auditiva

La formación con el TrajeMax, impulsada por el Círculo Empresarial de Atención a las Personas en Canarias y el Grupo M, tratará de mejorar la empatía del personal asistencial hacia las personas mayores o con movilidad reducida. Stephan Biel, experto encargado de impartir el curso, ha explicado, en los micrófonos de La Radio Canaria, que ha implantado este sistema en toda España con la participación más de 4.000 profesionales.
En una entrevista para De La Noche Al Día, Biel ha comentado que uno de los objetivos del proyecto es evitar los prejuicios hacia las personas mayores cuando van lentas, cuando no pueden hacer algo o cuando no tienen ganas de levantarse. Además, ha señalado que “el TrajeMax nace para analizar cómo se puede mejorar la ergonomía de los puestos de trabajo relacionados con los cuidados”.
“La vejez supone un esfuerzo adicional para las personas. Por ello, los profesionales que cuidan a personas necesitan saberlo de primera mano, porque hay ciertas conductas que se vinculan claramente con la presencia de estas limitaciones”, ha expuesto Biel.


«Es una iniciativa pionera en Europa»
Según Stephan Biel, la Formación con el TrajeMax es una iniciativa pionera en Europa. Ha recordado que Santa Cruz de Tenerife será la sede de estos talleres prácticos con simulaciones de limitaciones físicas y cognitivas, reflexiones sobre la experiencia, además de una fase de discusión sobre el impacto de la formación en el día a día del sector de cuidados.


«La empatía es una habilidad compleja»
Stephan Biel ha defendido que comprender las limitaciones físicas no es solo una cuestión técnica, sino también emocional y profesional. “La empatía es una habilidad compleja. No basta con probar el traje, hay que sentir lo que supone perder fuerza o movilidad y conectar eso con la realidad de quienes necesitan apoyo”, ha afirmado. A su juicio, esta vivencia resulta esencial para quienes trabajan en el cuidado de personas dependientes.
Además, ha subraya que las limitaciones no siempre están ligadas a la edad cronológica, sino a factores como el estilo de vida o la salud. “Una persona de 35 años puede experimentar un envejecimiento funcional si se le aplican ciertos niveles del traje. No hablamos de edad, sino de capacidad. Por eso cruzamos diferentes niveles de dificultad según cada caso”, ha concluido. Con esta herramienta, se busca fomentar un cuidado más humano y basado en la comprensión real de las dificultades cotidianas.