Miles de personas participaron en una movilización para reiteras su apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro ante el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe
El chavismo volvió este martes a las calles en Venezuela para reiterar su apoyo al Gobierno de Nicolás Maduro y repudiar el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, que ya deja consecuencias tangibles en el país al haber provocado la cancelación en cascada de varios vuelos internacionales.
Miles de personas participaron en una movilización en Caracas, entre ellas Pablo Mejías, de 72 años, quien defendió que el suyo es un país «de paz» que no quiere «una invasión extranjera», aunque no cree que se concrete.
Pero por si acaso, Mejías, quien se presentó como teniente de Milicia -el componente especial de la Fuerza Armada conformado por civiles que reciben un entrenamiento militar-, aseguró que recientemente ha aprendido a manipular armas.
«(Tenemos que) prepararnos para enfrentar las amenazas. Siento que estoy preparado, y a la hora de cualquier cosa, ya sé cómo defenderme yo y defender a los que tengo alrededor», afirmó.
«Agresión imperialista»
Maduro, que cerró la marcha con un discurso, pidió al país exigirse «diez veces más» para defender el territorio en una coyuntura que describió como «decisiva para la existencia de la república», en la que, dijo, está «prohibido fallar».
Por segundo día consecutivo, el mandatario no se pronunció sobre la designación por parte del Departamento de Estado de EE.UU. del Cartel de los Soles como grupo terrorista extranjero, que la Administración de Donald Trump asegura que lidera Maduro junto con altos mandos del Ejército y el Gobierno venezolano, aunque Caracas ha advertido que se trata de un «invento».
En cambio, el líder chavista indicó que su país ya acumula 17 semanas de «agresión imperialista y de guerra psicológica».
Trump «podría hablar» con Maduro
Por su parte, Trump insistió este martes en que «podría hablar» con Maduro con el propósito de «salvar muchas vidas», para agregar a continuación que «hacer las cosas por las buenas» está bien, pero que también puede «hacerlo por las malas».
Las declaraciones del mandatario estadounidense se suman a la incertidumbre de las últimas semanas, en las que la Casa Blanca asegura que está estudiando qué pasos seguir en Venezuela sin dar mayor información, y en las que Trump mantiene la puerta abierta al diálogo sin concretarlo en ninguna acción.
Maduro se ha mostrado dispuesto a un diálogo «cara a cara» con su par estadounidense e incluso ha tomado la costumbre de incluir pequeñas partes en inglés en sus discursos en lo que parece un intento de llegar de forma más directa a Washington y al público estadounidense.
Conectividad aérea, en crisis
El inédito despliegue militar de Washington cerca de las costas venezolanas ha tenido en los últimos días sus primeros efectos tangibles en la cotidianidad venezolana con la cancelación de más de una treintena de vuelos internacionales que salían o llegaban a Caracas.
Este martes, el país siguió acumulando suspensiones de conexiones, principalmente con España, pese a que el Gobierno venezolano advirtió a las aerolíneas que tienen hasta las 16:00 GMT del miércoles para reanudar sus operaciones, porque, en caso contrario, serán revocados sus permisos de «vuelo permanente».
La mayoría de cancelaciones, desencadenadas por el aviso de la Administración Federal de Aviación de EE.UU. de «una situación potencialmente peligrosa en la región», se extienden hasta los primeros días de diciembre.
Entre las líneas que han cancelado sus itinerarios figuran las españolas Iberia, Air Europa y Plus Ultra, así como las compañías TAP, Avianca, Latam, Turkish Airlines y GOL, todas ellas miembros de IATA.
El Caribe militarizado
Esta semana, diversas plataformas de rastreo de vuelos identificaron varios aviones militares estadounidenses cerca de las costas venezolanas, sobre el Caribe entre Venezuela y Curazao.
Mientras tanto, Trinidad y Tobago, a una decena de kilómetros de la costa de Venezuela, recibió este martes al jefe del Estado Mayor de EE.UU., Dan Caine, uno de los líderes de la operación Lanza del Sur en aguas caribeñas, en su segunda visita a la isla desde el inicio de los operativos, en septiembre pasado, contra lanchas que movilizan supuestas drogas, que han dejado más de ochenta personas muertas.
El secretario de Guerra estadounidense, Pete Hegseth, viajará también a República Dominicana, otro de los países que colabora con Washington en sus operaciones militares en la región.


