El veterinario dio de baja en el registro ZOOCAN a un animal de compañía omitiendo los requisitos establecidos
El SEPRONA de Fuerteventura tuvo conocimiento del cadáver de un perro semienterrado en avanzado estado de descomposición en la vía pública. Los hechos se conocían el pasado 8 de abril, gracias a la colaboración ciudadana.

Se logró identificar a la dueña gracias a una investigación exhaustiva, generando controversia entre los vecinos del municipio, ya que se trata de una práctica habitual en la zona.
La Guardia Civil solicitó al veterinario del Ayuntamiento que realizase una evaluación postmorten del cadáver para descartar la muerte violenta. Tras su valoración, se determinó que durante la inspección macroscópica no se evidenciaron signos externos compatibles con maltrato físico, ni tampoco indicios de desnutrición.
Asimismo, el estado corporal general del animal era acorde a su edad y no se observaron lesiones sospechosas en el momento del hallazgo.
Obligatoriamente, se debe gestionar el cadáver con una empresa reconocida oficialmente obligatoriamente
La Guardia Civil recuerda que cuando un animal domestico fallece, se debe gestionar el cadáver con una empresa reconocida oficialmente obligatoriamente para la realización de dichas actividades.
De la misma manera, la baja por muerte de un animal de compañía en el registro canario de identificación animal (ZOOCAN) debe gestionarse por un veterinario habilitado.

Según la ley de protección de derechos y el bienestar de los animales, para que un veterinario gestione la baja, debe tener el documento que acredite que fue incinerado o enterrado por una empresa reconocida oficialmente para la realización de dichas actividades.
Por ello el SEPRONA remitió al Ilustre Colegio Oficial de Veterinarios de Las Palmas un informe detallando los hechos ocurridos, por si consideran que la actuación del veterinario fue irregular o existió una mala praxis.