Adquirir experiencia en el manejo de drones, vehículos, máquinas de ingenieros y salas de realidad inmersiva contribuirá a la reducción de riesgos y mejorar la seguridad durante las operaciones reales
El Consejo de Ministros ha autorizado este martes 22,6 millones de euros para el suministro de sistemas de simulación para la instrucción y el adiestramiento táctico de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

Según informa el Gobierno, el uso de simuladores se considera fundamental para la formación operativa del personal, ya que permite adquirir experiencia en el manejo de drones, vehículos, máquinas de ingenieros y salas de realidad inmersiva en un entorno controlado, contribuyendo significativamente a la reducción de riesgos y mejorar la seguridad durante las operaciones reales.
La duración de este acuerdo marco es de cinco años, sin posibilidad de prórrogas.
En la reunión del Consejo de Ministros se ha aprobado también una inversión de 32 millones para la adquisición de camiones autoescuela polivalentes para el Ejército de Tierra.
Compra de munición y sistemas de infrarrojos
Además, ha dado el visto bueno a la compra de munición de 105 milímetros contra carro por valor de 86 millones de euros, que se suman a otros 83 millones autorizados para la adquisición de munición de 30×173 milímetros para vehículo de combate sobre ruedas (VCR) 8×8 Dragón.
También se ha aprobado la adquisición de tres sistemas de búsqueda y seguimiento por infrarrojos, que permitirá enfrentar con garantías las amenazas de la proliferación de los drones tanto aéreos como de superficie y de sistemas lanzacohetes en los buques de la Armada que participan en la Operación Atalanta. El importe es de 18,7 millones de euros.
Una de las partidas aprobadas más cuantiosas, por valor de 258 millones, irá destinada a la contratación de servicios e infraestructuras de telecomunicaciones de la Infraestructura Integral de Información para la Defensa (I3D) en territorio nacional y zonas de operaciones.
Por otro lado, se destinarán casi 20 millones para la adquisición de cifradores militares para el despliegue de sistemas clasificados en entornos sin condiciones, denominado Tempest.