Barrios periféricos de las capitales de provincia son, en muchas ocasiones, poco atractivos para los residentes
Un estudio de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) asegura que la baja calidad residencial de algunas zonas de Canarias se vincula directamente con la crisis y la falta de vivienda en el archipiélago.
Uno de los ejemplos es la capital grancanaria donde sus barrios de viviendas de protección oficial se vacían porque no son atractivos. Con construcción rápida y materiales de poca calidad se levantó la periferia de esta ciudad entre los años 50 y 80 para hacer frente al fuerte crecimiento demográfico.
Mala accesibilidad y modelos
«Una ciudad donde el peso del polígono de vivienda, el polígono de vivienda protegida, tiene muchísima importancia, mayor que en cualquier otra ciudad«, declaró Juan Manuel Parreño Castellano, catedrático de Geografía de la ULPGC.
Por otro lado, estos pisos tienen un modelo de 45 metros cuadrados, con habitaciones de seis, cocina y baño mínimos, y sin garaje. Esto es lo que encontramos en barrios como este de Las Rehoyas, también en Chamán, en Escaleritas, en La Feria o en Jinámar.
Por otro lado, esto, unido a la mala accesibilidad, la falta de ascensores, equipamientos y servicios, ha favorecido la pérdida de población en estas zonas de la ciudad, un patrón que se repite en otras localidades de Canarias.

“No encuentra espacios deportivos, espacios de ocio, zonas comerciales. Es complicado acceder en guagua a ellos y son tejidos residenciales que no están bien aprovechados. No encajan bien con lo que se demanda hoy en el mercado de la vivienda”, añade Parreño.
Finalmente, este estudio de la ULPGC plantea que reflotar estos barrios mediante la rehabilitación y la intervención social para mejorar la satisfacción de los residentes podría ser parte de la solución al problema de la vivienda.