El volcán se sitúa en el suroeste del país y la lava no amenaza a ninguna infraestructura
Un volcán situado en la península de Reykjanes (suroeste de Islandia) entró en erupción por duodécima vez en los últimos cinco años, aunque la lava no amenaza de momento ninguna infraestructura, informó este miércoles la Oficina Meteorológica de este país nórdico (IMO, en inglés).

El IMO explicó en un comunicado que la erupción se localizó en el cráter de Sundhnúk, al norte de la localidad de Grindavík y próxima a la capital islandensa, Reikiavik, y a la famosa Laguna Azul.
Según la organización, se trata de una fisura volcánica de entre 700 y 1.000 metros de longitud que está expulsando lava y ceniza volcánica y se expande hacia el norte.

Evacuación
La erupción, que empezó hacia las 04:00 hora local (misma hora GMT), obligó a evacuar la Laguna Azul y el camping de Grindavík y las autoridades activaron el nivel de alerta de protección civil, según la radiotelevisión islandesa RUV.
La erupción estuvo precedida de una lluvia de magma, que comenzó poco antes de la medianoche tras una intensa sucesión de terremotos, según RUV. Cuatro horas después de la erupción, la fisura volcánica se había expandido hacia el noroeste y alcanzaba ya unos dos kilómetros de longitud.
Según medios islandeses, la contaminación por gases tóxicos en la zona es notable, por lo que las autoridades recomiendan a los habitantes cerrar las ventanas y vigilar de cerca la calidad del aire.
En la localidad de Stapaskóli, próxima al aeropuerto de la capital islandesa, los niveles de dióxido de azufre exceden con creces los límites sanitarios y superan los 5.000 microgramos por metro cúbico.
Benedikt Ófeigsson, geofísico del IMO, afirmó a RUV que el evento volcánico en general no parece ser muy grande en comparación con erupciones anteriores en la misma zona.
Pese a su proximidad con el aeropuerto de Reikiavik, el tráfico aéreo no se ha visto de momento afectado por la columna de humo y cenizas, según las autoridades islandesas.