Fernando Wangüemert, el médico que frenó la epidemia de muertes súbitas en Canarias

El especialista en cardiología ha contado en La Radio Canaria cómo descubrió la extraña mutación genética que asoló a una familia durante 200 años

El médico especialista en cardiología, director médico del centro cardiológico Cardiavant y presidente de la fundación canaria Umiaya, Fernando Wangüemert. / ANDRÉS CRUZ

Esta historia se remonta al siglo XVIII, en Canarias, cuando un hombre se casó dos veces y tuvo once hijos en cada matrimonio, y de ambos enlaces, sucesivas ramas aún todavía desconocidas. Aquello desembocó en una mutación genética que, durante años y traspasando las siguientes generaciones, provocaba muertes súbitas. Sin saberlo, las muertes de estos descendientes respondían a un patrón. De hecho, tuvieron que pasar casi dos siglos, hasta que alguien intentara frenar esta mutación.

El médico especialista en cardiología, director médico del centro cardiológico Cardiavant y presidente de la fundación canaria Umiaya, Fernando Wangüemert, ha contado en ‘Canarias al Cierre’, programa de La Radio Canaria, cuál fue el origen de esta historia. El doctor comenzó a investigar el caso a fondo, en 1990, a propuesta de Carmelo Pérez, miembro de dicha familia. Ambos comenzaron a observar que mucha gente joven relacionada con el entorno de su esposa, natural del sur de Gran Canaria, moría de manera repentina.

Las muertes súbitas ocurrían en circunstancias parecidas: ataques al corazón en jóvenes con una media de edad de 18 años y en situaciones de estrés o nervios (uno en Euro Disney, otro en una montaña rusa, otro navegando en un mar agitado, otro en el debut con su grupo de música…). Carmelo se propuso hacer un árbol genealógico de la zona para tratar de vincular muertes del pasado a las actuales y averiguar si tenían conexión familiar.

La conexión familiar, la clave de las muertes súbitas

Todo se aceleró en 2007 cuando una familia, una pequeña rama de toda aquella gran familia perdió a tres de sus cuatro hijas. Y no volvieron a haber más muertes súbitas en aquel linaje, porque el equipo del doctor Wangüemert ya tenía todos sus esfuerzos puestos en este extraño caso. Fernando Wangüemert ha explicado a los micrófonos de La Radio Canaria en qué consiste esta dolencia, cuyo nombre técnico es taquicardia catecolaminérgica.

Cuando nuestro corazón se acelera, segregamos adrenalina. El corazón de estas personas es un corazón estructuralmente normal, pero cuando detecta unos niveles de catecolaminas muy altos en sangre, empieza a hacer arritmia. En un momento determinado, se pueden hacer más complejas y provocar la muerte súbita del paciente. «El único y primer síntoma de esta enfermedad puede ser la muerte súbita», explica el médico.

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