Ya no existirá límite alguno de aforo en reuniones y eventos, mientras que los clubes nocturnos han podido reabrir sus puertas. Los restaurantes y pubs podrán reanudar el servicio en la barra
El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha instado este lunes a los británicos a actuar «con precaución» ahora que el Gobierno ha retirado la mayoría de restricciones impuestas a causa del coronavirus en Inglaterra.
El uso de mascarilla, hasta ahora obligatorio, pasará a ser únicamente una recomendación por parte del Gobierno. Johnson, sin embargo, pasará el día aislado en su residencia de Chequers dado su contacto estrecho con un positivo, el ministro de Sanidad, Sajid Javid, también en cuarentena. Johnson ha indicado en este sentido que permanecerá aislado hasta el 26 de julio.
El ‘premier’ británico ha defendido en un vídeo difundido a través de su cuenta de Twitter la retirada de las medidas –en un inicio previstas para el 21 de junio–. «No hay duda de que el programa de vacunación masiva ha debilitado en gran medida la relación entre la infección y la hospitalización, así como entre la infección y la enfermedad grave, y esto es algo crucial», ha aseverado.
Asimismo, ha pedido que «por favor, sean precavidos». «Avanzad con la prudencia máxima y el respeto hacia otras personas», ha añadido, mientras que el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, ha calificado la decisión de «temeraria».
Escocia vuelve al nivel más bajo de alerta
Escocia, por su parte, ha pasado este lunes al nivel más bajo de alerta, lo que implica también un levantamiento de la mayoría de las restricciones impuestas para evitar el avance del coronavirus en la región británica.
La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, ha confirmado la noticia y ha pedido también «precaución». Las medidas de distanciamiento social han quedado reducidas a tan solo un metro, mientras que el uso de mascarillas sigue siendo obligatorio en el interior de los comercios y el transporte público.
Sturgeon ha criticado que la retirada de las medidas sea referida en Inglaterra como «día de la libertad», algo que considera «poco sensato» dada la importancia y gravedad de la situación.