El aumento de actividades recreativas amenaza a los cetáceos en una de las zonas más protegidas de Canarias
La franja marina de Teno-Rasca, al suroeste de Tenerife, vive una situación crítica. La presión turística se ha extendido al mar, afectando a una de las Zonas de Especial Conservación (ZEC) más valiosas del archipiélago. En este enclave conviven especies marinas protegidas, pero las motos de agua, embarcaciones recreativas y bañistas alteran su hábitat y rompen el equilibrio ecológico.
Turistas nadan con cetáceos pese a la prohibición
En los últimos días, un grupo de turistas se lanzó al mar para nadar con cetáceos, desoyendo las restricciones. La normativa prohíbe nadar, alimentarlos o permanecer más de 30 minutos junto a ellos, y solo dos embarcaciones con distintivo “Barco Azul” pueden acercarse simultáneamente. Sin embargo, las infracciones se repiten, lo que aumenta la presión sobre la fauna marina.

Un espacio de enorme valor ecológico
Canarias cuenta con 24 Zonas de Especial Conservación marinas, y la de Teno-Rasca, declarada en 2011, destaca por su gran riqueza biológica. Alberga la mayor población residente de calderones tropicales del continente, con más de 300 ejemplares, una de las más importantes del planeta.
La observación de cetáceos se ha convertido en la segunda actividad turística más demandada de Tenerife, solo superada por las visitas al Teide. En 2024, la isla recibió más de siete millones de turistas, lo que ha disparado la actividad náutica en zonas protegidas. Expertos y colectivos ambientales alertan de que la saturación turística amenaza la supervivencia de las especies y piden reforzar la vigilancia y las sanciones para preservar este tesoro natural canario.