Según la OMS, el 78 por ciento del personal de enfermería se distribuye en países que representan tan solo el 49 por ciento de la población.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe en el que constata un aumento global del número de enfermeras, pero en pocos países. Ha pasado de 27,9 millones en 2018 a 29,8 millones en 2023. Aún así, persisten grandes desigualdades en su disponibilidad según la región. Un 78 por ciento del personal de enfermería se concentra en países que representan tan solo el 49 por ciento de la población. Los países con mas densidad de enfermeros por cada 10.000 habitantes son Mónaco (203), Suiza (184) y Noruega (156), mientras que los países como Chad, Madagascar o Birmania tan solo cuentan con un enfermero por cada 10.000 habitantes.

«Este informe contiene noticias alentadoras, por lo que felicitamos a los países que están progresando. Sin embargo, no podemos ignorar las desigualdades que marcan el panorama mundial de la enfermería», ha declarado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Lo ha hecho con motivo del Día Internacional de la Enfermería, que se celebra este lunes.
Desigualdad entre regiones
Estas desigualdades en la fuerza laboral dejan a «gran parte de la población mundial» sin acceso a servicios de salud esenciales. Esto podría amenazar el progreso hacia la cobertura sanitaria universal, la seguridad sanitaria mundial y los objetivos de desarrollo relacionados con la salud.
Así, Tedros ha instado a los países a usar este documento -elaborado por la OMS, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y sus colaboradores- como «guía» para saber de qué situación se viene, en qué estado se encuentra ahora la enfermería y hacia qué dirección se debe ir «lo más rápido posible».
Con datos de los 194 Estados Miembros de la OMS, se ha podido comprobar que existe un progreso mundial hacia la reducción de la escasez de enfermeras. Se ha pasado de 6,2 millones en 2020 a 5,8 millones en 2023, cifra que se prevé reducir hasta los 4,1 millones para 2030.
A pesar de esta reducción, los países de ingresos bajos y medios se enfrentan a retos para formar, contratar y retener al personal de enfermería. Para conseguirlo, necesitarán un aumento de la inversión nacional. Por su parte, los países de altos ingresos deberán prepararse para gestionar un «alto nivel» de jubilación del personal de enfermería, así como revisar su dependencia de aquellos formados en el extranjero.

Mónaco, Suiza y Noruega, los países con más densidad
Los países con mas densidad de enfermeros por cada 10.000 habitantes son Mónaco (203), Suiza (184) y Noruega (156), mientras que los países como Chad, Madagascar o Birmania tan solo cuentan con un enfermero por cada 10.000 habitantes. España cuenta en la actualidad con 61,4 enfermeros por cada 10.000 habitantes, y se espera que logre rozar los 70 hacia el año 2030.
En el informe muestra la enorme disparidad de género que existe en la profesión, ocupando las mujeres el 85 por ciento de los puestos a nivel mundial, una cifra que es la misma para el caso de España
Aproximadamente un 14 por ciento de los enfermeros de todo el mundo ha nacido en el extranjero, un porcentaje que asciende a 23 en el caso de los países de altos ingresos. Esto pone de relieve la dependencia que existe de la migración. Esta proporción es mucho menor en países de ingresos medios-altos (8 por ciento), medios-bajos (1 por ciento) y bajos (3 por ciento).
A pesar de que los países de ingresos bajos están aumentando el número de graduados de enfermería a un ritmo más rápido que los países de ingresos altos, los avances logrados en la tasa de graduación de enfermeras no se traduce en una mejora de la densidad de población. Esto es principalmente por su alto ritmo de crecimiento demográfico y por las menores oportunidades laborales.

Preocupación
Otro dato que se revela en el texto es que el 33 por ciento del personal enfermero tiene menos de 35 años, frente al 19 por ciento que se prevé que se jubile en la próxima década. Estas cifras son similares en España. Aquí, el grueso de estos profesionales lo componen aquellas personas de entre 35 y 54 años, que suponen un 47 por ciento de estos trabajadores.
Los expertos han mostrado su preocupación por la situación de una veintena de países. Principalmente los de altos ingresos, en los que se espera que las jubilaciones superen a las de los nuevos empleados. Esto supone un riesgo de escasez de enfermeras o una menor cantidad de enfermeras con experiencia para orientar a aquellas con menor recorrido profesional.
Por otro lado, el 62 por ciento de los países han informado de la existencia de puestos de enfermería de práctica avanzada. Esto marca un progreso significativo desde 2020. Crece nueve puntos porcentuales desde entonces. Lo que se ha traducido en una ampliación del acceso a la enfermería y una mejor calidad de la atención.
El informe también muestra que hasta un 82% de los países cuenta con un funcionario gubernamental de enfermería de alto nivel para gestionar la fuerza laboral de esta profesión. Sin embargo, las oportunidades de desarrollo de liderazgo siguen siendo «desiguales».
De hecho, aunque el 66 por ciento de los países tiene este tipo de iniciativas, solo el 25% de los países de bajos ingresos ofrece desarrollo de liderazgo estructurado.
Respecto a la salud mental y el bienestar del personal, los expertos han mostrado su preocupación. Tan solo un 42 por ciento de los países cuenta con mecanismos para el apoyo a la salud mental del personal de enfermería . Esto, a pesar del aumento de la carga de trabajo y los traumas sufridos por la pandemia de Covid-19. Esto podría afectar a la capacidad de retener al personal, motivo por el que han considerado «fundamental» abordar este problema.
Propuestas de la OMS para 2030
Para hacer frente a los desafíos mencionados, la OMS ha emitido una serie de recomendaciones como la ampliación y distribución «equitativa» de los empleos. Especialmente en regiones desatendidas, así como mejorar las condiciones laborales, la equidad salarial y el apoyo al bienestar mental.
Del mismo modo, ha instado al fortalecimiento de los sistemas educativos de cada país, de forma que se alineen las cualificaciones con los roles definidos. Para ello, se debe desarrollar aún más la regulación de la enfermería y las funciones de enfermería de práctica avanzada.
El organismo también ha propuesto promover la equidad de género y proteger al personal de enfermería que trabaja en entornos frágiles y afectados por conflictos. También proponen aprovechar las tecnologías digitales y preparar al personal de enfermería para una atención adaptada al cambio climático.
Por último, ha destacado la necesidad de impulsar el liderazgo en enfermería y garantizar la equidad en las oportunidades de desarrollo de este liderazgo.