El astrofísico del IAC, Enric Pallé, lidera un proyecto europeo para preparar la observación de planetas similares a la Tierra con el futuro telescopio de Chile, que será el más grande el mundo

¿Estamos solos en el Universo? Hasta hace pocas décadas, esta pregunta se abordaba desde la filosofía o la religión. Sin embargo, hoy, según el investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Enric Pallé, nos acercamos a una respuesta científica gracias a los avances en el estudio de exoplanetas similares a la tierra. “Hace 30 años no se conocían planetas fuera del sistema solar y ahora sabemos que por cada estrella hay al menos uno”, explica.
Actualmente, se estima que existen cientos de miles de millones de planetas potencialmente habitables solo en la Vía Láctea, es decir, similares a la Tierra y con condiciones propicias para la vida. Pero la gran incógnita sigue siendo si la vida es un fenómeno común o extremadamente raro. Para ello, el siguiente paso es analizar las atmósferas de estos mundos, una tarea que se podrá realizar con el nuevo telescopio de 40 metros de diámetro que se construye en Chile, dentro del marco del Observatorio Austral Europeo (ESO).
El nuevo telescopio permitirá explorar entre 30 y 40 exoplanetas con características similares a la Tierra
Pallé dirigirá un equipo de 14 personas dentro del proyecto Spear, financiado con 2,5 millones de euros por el Consejo Europeo de Investigación y cuyo objetivo es desarrollar un código que simule las capacidades del telescopio antes de que entre en funcionamiento, previsto para 2028 o 2029. El investigador explica que, aunque el Gran Telescopio de Canarias (GTC), en La Palma, es actualmente el más grande del mundo con 10 metros de diámetro, el nuevo instrumento multiplicará por 16 su capacidad de captación de luz. “Cuarenta metros es el tamaño mínimo para ver planetas como la Tierra”, detalla.
Gracias a esta nueva infraestructura se podrán explorar entre 30 y 40 exoplanetas cercanos al sistema solar que reúnan las condiciones adecuadas: tamaño similar a la Tierra, composición rocosa, presencia potencial de atmósfera y una distancia adecuada a su estrella para permitir la existencia de agua líquida en la superficie. Hoy, de los 7.500 exoplanetas detectados, solo unos 45 cumplen con estos criterios.

Para alcanzar estos objetivos, el equipo liderado por Pallé —formado por unas 14 personas entre doctorados y doctorandos— utilizará inteligencia artificial y nuevas técnicas matemáticas para simular millones de posibles atmósferas y eliminar los errores provocados por la atmósfera terrestre durante la observación. El 80 % del presupuesto se destinará a la contratación de personal investigador, que trabajará en anticiparse al aluvión de datos que generará el telescopio. “Aunque el telescopio funcione perfectamente, con los conocimientos actuales no seríamos capaces de extraer la señal del planeta. Por eso, hay que adelantarse”, concluye Pallé.