Según un estudio de la Universidad Autónoma de Barcelona, Canarias está entre las tres comunidades con menos esperanza de vivir con buena salud a partir de los 50 años
Canarias está entre las tres comunidades autónomas con menos esperanza de vida con buena salud a partir de los 50 años, tanto en hombres como en mujeres. Así se desprende de un estudio que publica el Centro de Estudios Demográficos en la Universidad Autónoma de Barcelona (CED-UAB).
Según este informe, las mujeres en Canarias pueden esperar, de promedio, vivir unos 9,1 años con buena salud a partir de los 50 (la cifra más baja de España) y los hombres, 10,2 años (el tercer peor dato). En cambio, las navarras probablemente vivirán 16,9 años con buena salud a partir de los 50 y los riojanos, 15 años.
La esperanza de vida en buena salud a partir de los 50 años aumenta en las comunidades autónomas que más invierten en gasto sanitario público per cápita, con diferencias de hasta más de seis años entre las autonomías que más invierten y las que menos.
De acuerdo con la Universidad Autónoma de Barcelona, las comunidades que tienen una esperanza de vida en buena salud más alta son La Rioja, Baleares y Cataluña (hombres) y Navarra, Cataluña y Aragón (mujeres). Mientras que por la cola se encuentran Murcia, Castilla la Mancha y Canarias (hombres) y Canarias, Murcia y Galicia (mujeres).
A mayor gasto público en salud… más esperanza de vida con buena salud
El estudio, que publica la revista ‘Perspectivas Demográficas’, revela que un gasto público de 800 euros más por persona en salud entre 2006 y 2019 se tradujo en 1,5 años más de esperanza de vida en buena salud para los hombres y en 1,2 años para las mujeres.
El trabajo ha analizado los factores socioeconómicos y sanitarios que hay detrás de las diferencias entre comunidades autónomas en la esperanza de vida sin y con enfermedad en los mayores de 50 años desde 2006 hasta 2019.
Los datos provienen de seis encuestas de salud nacionales y europeas (2006, 2009, 2012, 2014, 2017 y 2019) y los datos de mortalidad facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), junto con indicadores socioeconómicos, datos de gasto sanitario público, de servicios y recursos humanos en salud, e informaciones sobre comportamientos individuales relacionados con la salud entre 2006 y 2019.
La conclusión es que el crecimiento desigual de la esperanza de vida en buena y en mala salud a los 50 años refleja el cambio en el gasto sanitario público en las comunidades autónomas de forma que cuanto más gasto sanitario público por cápita se efectúa, mayor son los años que se viven sin enfermedad y menor los que se viven con enfermedad.
Para calcular la esperanza de vida sin y con enfermedades o afecciones crónicas, los demógrafos consideraron las condiciones de salud más prevalentes, entre las que se incluyen la hipertensión, dolor de espalda crónico, diabetes, asma, enfermedad obstructiva pulmonar crónica (EPOC), cáncer, ictus, infarto de miocardio y enfermedades del corazón.