Los expertos recomiendan visitar al otorrino dos veces al año antes de las vacaciones

Los expertos aconsejan a la población acudir al otorrino al menos dos veces al año para prevenir infecciones. Es algo fundamental

Entre los preparativos a realizar antes de las vacaciones de verano es más que recomendable incluir una visita al otorrinolaringólogo (ORL). De hecho, “aconsejamos acudir a consulta dos veces al año, pero la más importante es en verano. Debemos ir al otorrino antes de las vacaciones para controlar la presencia de tapones o de un exceso de cera, que favorece la otitis externa”, explica la doctora Ermidelia Martín, especialista en ORL del Hospital Vithas Tenerife.

Los expertos recomiendan visitar al otorrino dos veces al año antes de las vacaciones
Foto RTVC

Este tipo de controles son importantes en caso de tener predisposición a la formación de tapones de cera o queratina. Estas personas deben someterse a una limpieza por parte de un profesional sanitario antes de las vacaciones.

El exceso de cera sumado al agua de las piscinas o las playas pueden producir bacterias

El tapón o el exceso de cera obstruye el conducto auditivo, originando un ensanchamiento del mismo. De esta forma, al estar en contacto con el agua, proliferan de hongos o bacterias. “Los baños en playas y piscinas unidos al calor aumentan el riesgo de otitis externa como consecuencia de la humedad”, continúa la doctora Martín. La otitis externa o del nadador es la enfermedad más prevalente en otorrinolaringología y una de las estrellas del verano.

La epistaxis (hemorragia nasal), debido al calor y el ambiente seco del verano, que favorece la sequedad de mucosa nasal y la rotura de capitales vasculares en el septum son las medallas de plata del verano. La faringitis y laringitis se llevan la de bronce bronce entre las patologías más frecuentes en una época en la que se incrementan las consultas. Por todo ello es fundamental acudir a consulta al menos dos veces al año.

Las variaciones bruscas de temperatura, por el contraste entre recintos cerrados con aire frío y las altas temperaturas del exterior, propician la aparición de las dos últimas.

Los síntomas más típicos los conforman el dolor, molestias al masticar o bostezar, picor, sensación de taponamiento, una leve pérdida de audición y percepción de humedad en el oído, a veces en forma de supuración. La población pediátrica, seguida de adolescentes y adultos jóvenes, con malos hábitos de higiene, son los más afectados.

Acudir a consulta cuando se tienen molestias es muy importante

Ante la aparición de signos de alarma, la valoración médica es necesaria para determinar la localización de la infección. Por ello que hay que acudir a consulta. “Según la zona afectada se indica el antibiótico adecuado, así como una aspiración del oído externo en caso de otorrea para la adecuada absorción del tratamiento tópico si fuese necesario.

En las otitis externas es recomendable no exponer el oído al contacto con el agua hasta la recuperación total. Incluyendo el uso de tapones para ducharse y no ir a playa o piscina hasta erradicar el germen”, detalla la otorrinolaringóloga.

“Dependiente de la localización de la infección en el oído, hay un antibiótico de elección, determinado por el germen más frecuentemente aislado según a la guía terapéutica y el estado inmunológico o patologías asociadas al paciente”, expone la doctora Martín.

¿Qué hacer para evitar infecciones?

Para evitar que aparezcan bacterias se recomienda secar tanto la parte externa del oído como la entrada del conducto auditivo al salir del agua, evitar los baños en aguas potencialmente contaminadas y no utilizar bastoncillos, horquillas o palillos para limpiar el oído.

Otras medidas son no permanecer mucho tiempo dentro del agua, usar tapones y no aplicar espráis que pueden cambiar el PH de la piel del conducto y reducir sus mecanismos de defensa.

Si después del baño queda agua dentro del oído, se puede inclinar la cabeza hacia ese lado y con una toalla mover la oreja hasta que salga. También es efectivo dar algún pequeño salto para que por efecto de la gravedad sea expulsada. Si el agua persistiera, se recomienda aplicar unas gotas de alcohol boricado a saturación preparado en farmacias.

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