La prioridad para el Ejecutivo es el acogimiento en familia
La Dirección General de Protección a la Infancia y las Familias del Gobierno regional informó este viernes de que no hay menores en espera de adopción en Canarias, y la prioridad es que haya familias que acojan a los niños y niñas que residen en recursos de acogimiento residencial.
Este organismo reafirmó su compromiso de garantizar que los niños y niñas bajo protección crezcan en un entorno familiar, situando el acogimiento familiar como eje central de su política de atención a la infancia, según informó la Consejería de Bienestar Social en un comunicado.
Acogimiento familiar como prioridad
En los últimos años la adopción, especialmente la internacional, experimentó un retroceso significativo debido a restricciones de los países de origen y a la consolidación del criterio de que la adopción debe utilizarse solo cuando no es posible mantener los vínculos del menor con su entorno familiar.
En Canarias, los menores propuestos para adopción suelen ser de muy corta edad y sin necesidades especiales, perfiles para los que ya existe un número de familias idóneas muy superior a la demanda.
Por este motivo, y siguiendo la línea de otras comunidades autónomas, el Ejecutivo canario suspendió temporalmente la recepción de nuevos ofrecimientos para adopción nacional con el fin de evitar expectativas irreales y permitir la valoración adecuada de los ofrecimientos ya existentes.
Desde junio de 2024, el Servicio de Programas de Adopción ha asumido también la gestión del Acogimiento Familiar en Familia Ajena incorporando la supervisión de unos 280 menores adicionales, así como las valoraciones y actualizaciones de las familias acogedoras.
Este aumento de carga de trabajo explica la dilación en algunos procedimientos, pero refuerza la prioridad institucional: atender primero donde la necesidad es más urgente, es decir, en el acogimiento familiar, reitera la Dirección General.
Valoración y adopciones abiertas
Según el comunicado, el sistema de protección avanza hacia modelos que preservan vínculos familiares cuando es posible, mediante adopciones abiertas o contactos regulados y también se favorece que, cuando una familia acogedora quiere adoptar al menor que cuida, pueda hacerlo.
Así la adopción clásica, tal como se entendía antes, es en la actualidad una medida residual y en cambio, los menores de mayor edad que viven en centros residenciales necesitan urgentemente familias acogentes, pero las solicitudes son insuficientes.
Por otro lado, también existe cierto retraso en las valoraciones de idoneidad para adopción. No obstante, según indica la Consejería, este desfase no ha impedido que ningún niño o niña cuente con una familia adoptiva, ya que los menores declarados en situación de adoptabilidad encuentran respuesta entre las familias que ya han sido valoradas.
Estos retrasos afectan principalmente a las familias que están a la espera de su valoración, pero no repercuten en la atención ni en el derecho de los menores a vivir en familia, tal y como subraya la Dirección General.


