En España 300.000 personas sufren la enfermedad de Crohn, una enfermedad inflamatoria intestinal que crece y de la que se diagnostican 3.500 casos nuevos cada año
Un estudio epigenético del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) de Tarragona ha concluido que los enfermos de Crohn que son fumadores o exfumadores tienen afectadas las propiedades de las células madre de la grasa que se usan para tratar las fístulas perianales. Eso abre la posibilidad de personalizar los tratamientos.
El 0,4 % de la población en España, cerca de 300.000 personas, sufre la enfermedad de Crohn. Son datos de la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y Colitis Ulcerosa de España (ACCU. Una enfermedad inflamatoria intestinal que crece y de la que se diagnostican 3.500 casos nuevos cada año.
La enfermedad es crónica y no tiene cura. Causa dolores abdominales, diarrea, fatiga, náuseas, sangrados, entre otros síntomas. Una las secuelas más comunes son las fístulas perianales difíciles de tratar en estos pacientes.
Según ha explicado la investigadora Carolina Serena, su equipo ha elaborado un estudio epigenético. Vieron que «los pacientes que eran fumadores y exfumadores tenían alterados los genes de las células que tienen la capacidad de regeneración de este tejido y la capacidad de modular la respuesta inmunológica de nuestro cuerpo, disminuyendo, por ejemplo, la inflamación».
Uso de células madre
Según la investigadora, una terapia que está surgiendo con fuerza en los últimos años es el uso de células madre de la grasa para tratar las complicaciones derivadas. Como las fístulas perianales) o para abordar la enfermedad de Crohn en su fase de aparición de síntomas más agudos.
Este tratamiento se aplica actualmente de dos formas diferentes. O se extrae grasa del propio paciente (de zonas como el cadera o la barriga) y las células son injertadas en el tejido dañado por la fístula. O se aplica en esta zona un fármaco compuesto del mismo material pero procedente de otras personas.
La terapia que se basa en células madre obtenidas del propio paciente se llama autóloga, y la que utiliza células de donantes es la alogénica.
«De este estudio se desprende que en el caso de pacientes fumadores o exfumadores lo más indicado sería utilizar células alogénicas, de un donante sano que no haya fumado. Mientras que para tratar fístulas de un enfermo de Crohn que no ha fumado, el mejor sería utilizar células autólogas». Así lo ha concretado el investigador del IIPSV Albert Boronat.
Estudios previos ya habían constatado que las personas fumadoras con Crohn son mucho más propensas que las que no tienen esta adicción a requerir una cirugía y que han de pasar por quirófano varias veces.
Operarse de Crohn comporta enormes secuelas físicas y emocionales. En la intervención se extirpa un pedazo del intestino. En algunos casos, el paciente acaba llevando de por vida una bolsa de ostomía para poder hacer sus necesidades.
Además, si se fuma o se ha fumado los síntomas son más severos y complicados. Aparecen más brotes y en ocasiones se requiere un tratamiento con más corticoides y fármacos.