El suelo volcánico de las islas frenó la plaga de filoxera en el siglo XIX

Esta plaga arrasó con los viñedos europeos durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX

El suelo volcánico del archipiélago canario impidió que a las islas llegara la plaga de filoxera que arrasó los viñedos europeos entre finales del siglo XIX y principios del XX, según señaló María Francesca Fort Marsal, investigadora de la Facultad de Enología de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.

El suelo volcánico de las islas frenó la plaga de filoxera en el siglo XIX
El suelo volcánico de las islas frenó la plaga de filoxera en el siglo XIX / Archivo RTVC

En una entrevista a EFE, la investigadora recordó que durante la plaga de la filoxera que arrasó el viñedo europeo, el archipiélago canario se vio exento de la misma debido al suelo volcánico. Lo mismo ocurrió en otros territorios, como Creta y Chile, dado que estos enclaves tenían en común contar con terrenos similares, donde al igual que en los de textura arenosa, no prolifera este insecto.

Formación en la materia

Fort Marsal ha detectado varios individuos únicos de vid correspondientes a variedades no registradas en Lanzarote, La Gomera, El Hierro, Fuerteventura y La Palma, que en este último caso se presentarán el próximo mes de noviembre.

Aunque su especialidad es la genética, opina que no se debe perder la esperanza de que esta plaga llegue a ser frenada por el suelo canario, al ser volcánico y de textura arenosa.

A pesar de ello, Fort Marsal recomienda a los viticultores formarse en la materia y seguir las instrucciones de los técnicos de la Consejería de Agricultura del Gobierno canario, además de hacer un seguimiento continuado de los viñedos para la detección de nuevos focos si los hubiera.

En estos momentos, se han detectado cuatro localizaciones de esta plaga en Tenerife y siempre a nivel de hojas, al visualizarse las agallas o nidos que contienen el insecto y sus huevos.

Archivo RTVC

Frenar la epidemia

Fort Marsal no descarta la posibilidad de que la actual plaga se haya adaptado al suelo canario —»porque la naturaleza no es una ciencia exacta»—, aunque prefiere considerar esta posibilidad como improbable.

«Pienso, y quiero pensar, que entró recientemente en estado de huevo de invierno y se ha desarrollado hasta convertirse en filoxera, la que coloniza las hojas», indica. Si se asume esta hipótesis, en la actualidad, y siguiendo su ciclo biológico, la plaga debería estar en proceso de colonizar las raíces y vivir en el suelo.

«Esperamos que el terreno canario frene la epidemia«, dice Fort, quien aconseja que, en lo posible, se realice un muestreo utilizando técnicas de detección de este insecto, para verificar si está presente en el suelo o si se han desarrollado nudosidades o tuberosidades en las raíces de otras plantas de vid.

De todos modos, para determinar si la plaga prosperará de forma definitiva, se tendrá que esperar uno o dos años, ya que, según diversos autores expertos en la materia, la filoxera de las raíces —que es la más dañina—, en estado latente puede vivir entre uno y dos años.

Sin embargo, normalmente completa su ciclo anual en menos tiempo, «siempre y cuando se contemple la hipótesis de la entrada reciente de la filoxera en las islas», añade.

El ciclo biológico de esta especie parte de un huevo de invierno, para eclosionar y convertirse en filoxera gallícola en las hojas, fase detectada en Canarias, y luego una parte de esta población de hembras se desplaza a las raíces, donde se convierte en filoxera radicícola.

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