El efecto producido por la humedad que guardan los bosques protegidos de laurisilva, unido a las lluvias regulares y la impermeabilidad del suelo, la convierten en un gran acuífero de agua dulce
La Gomera es la isla de los milenarios bosques laurisilva, perennes y húmedos, que guardan en su suelo grandes acuíferos de agua dulce que discurren por nacientes, chorros o manantiales que bañan la isla colombina del oro líquido del Archipiélago.
Gracias a las lluvias abundantes y a un complejo basal impermeable, La Gomera es un auténtico oasis de aguas de manantial rodeada de mar salada.
Una tercera parte de su territorio está protegido bajo alguna de las categorías enmarcadas dentro de los Espacios Naturales Protegidos, pero es el Parque Nacional de Garajonay el acaparador y favorecedor principal de riachuelos y manantiales.
Y es que, aproximadamente, el 80% de los recursos hídricos con los que cuenta Canarias proceden del subsuelo, es decir, del acuífero.
«La conformación geológica donde se asientan la mayor parte de los bosques de laurisilva en La Gomera es especialmente favorable a la formación de acuíferos y su recarga. Las rocas que forman la meseta central de la isla corresponden a la formación denominada basaltos horizontales, formados por impresionantes apilamientos de gruesas capas de basalto, dispuestas sin inclinación»
Ángel B. Fernández López, director Conservador del Parque Nacional de Garajonay
“La Gomera muestra una envidiable situación hidrológica, al poseer un acuífero basal aún sin explotar”
Ángel B. Fernández López, director Conservador del Parque Nacional de Garajonay
Manantiales, nacientes, chorros
A los manantiales de agua en Canarias se les llama también nacientes o chorros. Este último término hace referencia a la canalización del naciente a través de estructuras, principalmente de madera, que permiten la conducción del agua desde los manantiales hasta los lugares céntricos de núcleos poblacionales.
Un naciente famoso en la isla es el que se encuentra en el caserío de Epina, en el municipio de Vallehermoso, situado al noroeste. En el límite del Parque Nacional de Garajonay y el monumento Natural Lomo del Carretón, se encuentran los legendarios Chorros de Epina, una fuente de agua con siete caños que ha tenido un papel importante en la cultura y en la economía, en el turismo y la agricultura.
El caudal de agua existente en los acuíferos subterráneos hasta finales del siglo XIX era suficiente para cubrir las necesidades de canarios y canarias, hasta que al desarrollarse los cultivos de regadío y la agricultura más intensiva, fue necesario abrir galerías y pozos para disponer de mayor cantidad agua. Lo que inevitablemente provoca la disminución del nivel del acuífero y del agua que brotaba por los nacientes.
El efecto de Garajonay en la acumulación de aguas subterráneas
Como saben los vecinos y vecinas de los seis municipios gomeros, los bosques de laurisilva de Garajonay son un reducto milenario de la vida en la edad terciaria, anterior a los humanos, en cuyo interior crece una flora que sólo puede equipararse con los bosques subtropicales del continente americano.
Una suma de niebla, humedad y suelo que favorecen un microclima y un universo de endemismos y manantiales único en Canarias.
Tal y como explica Ángel B. Fernández López, director Conservador del Parque Nacional de Garajonay, “una parte importante de los bosques se asienta en las zonas más planas de la Isla. La menor inclinación de los terrenos reduce el escurrido y favorece la infiltración profunda del agua que alimenta los acuíferos y los nacientes.”
Los bosques de laurisilva se asientan en las cumbres, donde las precipitaciones suelen oscilar «entre 500 y 900 litros por metro cuadrado en un año mientras que en la costa sur apenas llega a los 150 litros».
Un cúmulo de factores que convierten a la isla en la joya hidrológica del Archipiélago.
Canarias es la región del mundo con más manantiales por kilómetro cuadrado
Según el profesor de Hidrologia y Climatologia Medica de las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife, Eduardo Navarro García, Canarias es la región del mundo con más manantiales por kilómetro cuadrado. Muchas de cuyas aguas «son apropiadas para tratamientos reumatológicos, anemia o enfermedades del aparato digestivo, entre otros».
Navarro establecía más de 300 la cifra de manantiales, exactamente 387, una cifra similar a la que ya señalaba hace veinte años el Instituto Tecnológico Geominero de España en el ‘Proyecto para la actualización del inventario de los nacientes de la isla de La Gomera‘.
Para conservar este tesoro de la naturaleza es fundamental mantener las condiciones de los bosques que favorecen la conservación del agua en su suelo así como de los mismos chorros. En marzo de este 2021 el Cabildo gomero a través de Gesplan, ejecutó las tareas de limpieza y mantenimiento de una decena de nacientes de los seis municipios colombinos: Agulo, Alajeró, Hermigua, San Sebastián de La Gomera, Vallehermoso y Valle Gran Rey.
El Plan Hidrológico de La Gomera 2015 – 2021 establece que el Consejo Insular de Aguas de La Gomera debe impulsar la explotación sostenible de los nacientes y cauces «mediante la implantación de formas de explotación que capten únicamente
los recursos que se utilizan realmente en cada momento, aunque el caudal al que se tenga derecho sea superior.»