El 30 % del alumnado universitario sufre depresión y la ULL se acerca a lo que ocurre en sus cerebros

La Universidad de La Laguna ha estudiado el cerebro del alumnado universitario a través de pruebas que revelan por qué unos tienden más a los síntomas depresivos que otros

La depresión entre el alumnado universitario es una preocupación creciente, ya que casi el 30% de este sector estudiantil experimenta algún tipo de síntoma depresivo. Frecuentemente, los estudios sobre la depresión se centran sobre todo en los problemas emocionales y sociales que conlleva. Sin embargo, un grupo de investigadores del Instituto Universitario de Neurociencia (IUNE) de la Universidad de La Laguna (ULL) ha desarrollado un innovador estudio publicado en Scientific Reports, del grupo Nature, que explora las bases cognitivas de la depresión.

Electroencefalograma y pupilometría

El grupo de estudio ha examinado cómo los estados depresivos impactan en la capacidad de inhibir pensamientos irrelevantes o no deseados.

Los investigadores de la Universidad de La Laguna Damián Jan, Iván Padrón, Joana López Pigüi y Manuel de Vega fueron los encargados de realizar las pruebas.

Utilizaron una combinación de pruebas EEG (electroencefalografía) y pupilometría para medir la actividad cerebral y las respuestas fisiológicas en estudiantes universitarios mientras realizaban una tarea diseñada para evaluar la inhibición semántica. Este concepto hace referencia a la capacidad del sujeto de suprimir una palabra fuertemente asociada en favor de otra no relacionada.

No pueden evitar los pensamientos rumiantes

Las personas participantes en el estudio debían completar frases del tipo. Algunas eran del tipo “Como estaba lloviendo en la calle, abrí el…” con la primera palabra que le viniese a la cabeza.

En ese caso, casi el 100 % mencionaron la palabra más obvia (“paraguas”), que está fuertemente asociada al contexto de lluvia en la memoria.

En otra versión de la tarea se les pedía completar la frase con una palabra no relacionada. Por ejemplo, “reloj” o cualquier otra palabra totalmente inconexa con el contexto, lo cual obliga a suprimir o inhibir la palabra fuertemente asociada.

Los resultados indican que las y los estudiantes con síntomas depresivos tuvieron más dificultades para ejercer esta inhibición semántica, cometiendo más errores y mostrando menor actividad neuronal en las regiones frontales del cerebro. Estas dificultades podrían explicar la tendencia a la rumiación en las personas con depresión, es decir, su propensión a tener pensamientos negativos repetitivos que intensifican el estrés y la ansiedad.

Más esfuerzo cognitivo

Otro aspecto de interés que se pudo apreciar a través de estos análisis fue que el alumnado con síntomas depresivos también mostró mayor dilatación pupilar que aquel sin depresión durante la tarea de inhibición semántica. Esto indica que estaba empleando más esfuerzo cognitivo.

Según el equipo investigador, esto sugiere que la depresión no solo afecta la función cognitiva, sino que también hace que las tareas mentales cotidianas sean más agotadoras. Los autores sugieren en su artículo que esto podría contribuir a incrementar los retos a los que se enfrentan los estudiantes en el entorno académico, como adaptarse a nueva información, gestionar distracciones y regular respuestas emocionales.

Anhedonia

Finalmente, el estudio también detectó que el grado de deterioro en la inhibición semántica en los sujetos analizados estaba correlacionado con síntomas de rumiación y anhedonia. Este último concepto hace referencia a la incapacidad para sentir placer.

Esto podría explicar a nivel neural por qué las personas con depresión tienen dificultades para liberarse de patrones de pensamiento negativos y para disfrutar de actividades que antes les proporcionaban alegría.

El estudio llevado a cabo por el equipo del IUNE y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación y fondos FEDER no sólo permite comprender mejor los mecanismos cognitivos y neuronales tras de la depresión, sino que puede ayudar a los especialistas a desarrollar intervenciones más específicas para los estudiantes que enfrentan problemas de salud mental.

Entre estas iniciativas podrían incluirse, por ejemplo, programas de entrenamiento cognitivo dirigidos a mejorar el control inhibitorio. Así, se podría avanzar hacia el objetivo de aliviar algunas de las cargas cognitivas asociadas con la depresión. Además, los hallazgos que se destacan en esta publicación científica subrayan la importancia de la detección temprana y el establecimiento de medidas apoyo a estudiantes con síntomas depresivos, puesto que estos déficits cognitivos detectados pueden llegar afectar el rendimiento académico y el bienestar general.

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