Cómo afrontar la ‘depresión postvacacional’ y volver con éxito a la rutina

Psiquiatras de La Candelaria aconsejan autocuidado, adaptación progresiva y expectativas realistas para reducir el malestar tras las vacaciones

Con el final del verano y el regreso al trabajo o a las aulas, muchas personas experimentan lo que se conoce como ‘depresión postvacacional’. No se considera un diagnóstico clínico, pero sí una respuesta adaptativa pasajera.

Imagen de archivo de viajeros en un aeropuerto.
Imagen de archivo | Adrian Agawin

Especialistas en Psiquiatría del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria explican que los síntomas más habituales son cansancio, desmotivación, irritabilidad y dificultades de concentración.

Un proceso que suele resolverse solo

El malestar suele desaparecer en pocos días o semanas, a medida que la mente y el cuerpo se readaptan. Sin embargo, advierten que si los síntomas duran más de dos semanas, o afectan de forma seria a la vida diaria, conviene consultar a un profesional de salud mental.

Los expertos recuerdan que no todos los casos son iguales. Algunas personas, por factores personales o laborales, pueden sufrir una adaptación más complicada.

Factores de riesgo y perfiles más vulnerables

El equipo de psiquiatras y psicólogos indica que cualquier persona puede padecer este proceso. Sin embargo, es más común en quienes sienten insatisfacción en su trabajo o estudios, soportan altos niveles de estrés o descuidan los hábitos de autocuidado.

Las demandas profesionales excesivas y la ausencia de tiempo para descansar también incrementan el riesgo de malestar en el regreso a la rutina.

Consejos para una vuelta más llevadera

Para reducir los efectos, los especialistas recomiendan una reincorporación progresiva, evitando cargas intensas desde el primer día. Aconsejan mantener hobbies y actividades sociales que favorezcan la desconexión.

También sugieren planificar la vuelta con antelación, cuidar los hábitos de sueño y alimentación y realizar ejercicio físico. Estos factores ayudan a estabilizar el estado de ánimo y favorecen la adaptación.

Errores frecuentes al volver

Los expertos advierten sobre varios errores habituales: retomar el ritmo a toda velocidad, acumular tareas para “recuperar el tiempo perdido”, descuidar el descanso o caer en una autoexigencia excesiva.

Insisten en que lo importante es aceptar el proceso de adaptación como algo natural, mantener expectativas realistas y priorizar el autocuidado.

Niños y adolescentes también lo sienten

En los escolares, el inicio de curso puede generar resistencia o nerviosismo. Para facilitar la transición, se recomienda recuperar progresivamente los horarios de sueño y comidas, además de validar sus emociones.

Transmitir entusiasmo por el nuevo comienzo e implicarlos en la preparación del regreso ayuda a que vivan el inicio de curso con una actitud más positiva.

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