El rugido del campeón (1-2) quiebra los cimientos del Zorrilla y manda a los vallisoletanos a Segunda
No hay pantallas gigantes, no hay televisiones, solo una mole de hormigón y vidrio sede del equipo contrario y cientos de aficionados -unos quinientos- llegados de fuera de la ciudad pegados a sus teléfonos y radios jaleando a sus ídolos que se juegan en 90 minutos tocar el cielo de La Liga al otro lado del muro.
Fútbol dentro, aficionados fuera. Esta es la realidad que ha traído la pandemia y que ha provocado que los cientos de atléticos desplazados hasta Valladolid para apoyar a su equipo en la última jornada de liga hayan tenido que poner a prueba sus cuerdas vocales para que sus gritos de apoyo traspasaran los gruesos muros del José Zorrilla y se precipitaran como una racha de ánimo hacia el terreno de juego.
Un rugido y alboroto, audibles desde varios cientos de metros, que han llevando el volandas al conjunto del Cholo Simeone para lograr una victoria (1-2) que les ha servido para ganar La Liga y quebrar los cimientos del Zorrilla y del Pucela, que tendrá que remar la próxima temporada para volver a Primera.
Territorio atlético
Ya desde primera hora de la mañana los colchoneros han demostrado que Valladolid hoy era ‘territorio atlético’. Llamados a acudir a la ciudad del Pisuerga desde el Frente Atlético para «tomar la Plaza Mayor», cientos de aficionados madrileños han llenado las calles, las plazas y las terrazas de una ciudad que ha demostrado el escepticismo con las posibilidades de salvación de su equipo.
Ante esta llegada esperada de aficionados, la Junta Local de Seguridad diseñó el jueves un operativo policial especial que ha velado durante todo el día por evitar incidentes entre aficiones, la aglomeración de seguidores y por el uso de las medidas covid vigentes, como el uso de la mascarilla y los aforos en hostelería.
Sin ningún incidente reseñable, salvo una quemadura por una bengala en un seguidor rojiblanco, por cada calle del centro de Valladolid se ha escuchado hasta las primeras horas de la tarde algún grito de «Atleti, Atleti», hasta que ha llegado la hora del encuentro y unos han optado por seguirlo desde algún bar y otros han decidido acudir hasta el estadio José Zorrilla ubicado a las afueras de la urbe.
Allí los rojiblancos han aguardado la llegada en autobús del equipo de los del Cholo Simeone, al que han recibido con entusiasmo sabedores del vital encuentro que se venía por delante.
El desenlace
Comenzado el partido y superados los nervios y la tensión inicial, los colchoneros que aguardaban fuera del estadio han comenzado a elevar los decibelios, especialmente para animar a su equipo tras el primer tanto del Real Valladolid, hasta que en el minuto 58 ha llegado el gol de Correa y la afición ha estallado en júbilo, al igual que en el segundo tanto, de Luis Suárez.
Tres de añadido, resoplidos de tensión tras el gol en el descuento de Modric que hacía peligrar La Liga si metía el Pucela, la copa a unos milímetros y fin: estallido de emociones a las puertas del estadio rival. La fiesta atlética empieza en Zorrilla, pero acabará en Neptuno.