La incertidumbre en la que se encuentran las mujeres que ejercen la prostitución es compartida. La extrema vulnerabilidad que vive este sector de la población se magnifica al estar en situación irregular y no tener acceso a todos los recursos públicos que ofrece el Estado.
“La mayoría somos cabezas de familia, madres, hijas, hermanas. En estos momentos no sabemos cómo poner un plato de comida en nuestros hogares y nuestros países” explica Sofía. Su situación de soledad durante este aislamiento le provoca angustia y ansiedad.
Idaira Alemán Afonso, responsable del Centro Lugo de Cáritas Diocesana de Canarias, puntualiza las diferencias en los contextos de las mujeres que se encuentran en situación de prostitución. Por un lado, hay mujeres que ejercen prostitución por un sistema de plaza, que durante 21 días van cambiando de lugar, y suelen pernoctar en el piso o el club en el que se encuentren en el momento. Por otro, “hay mujeres que viven en casas de alquiler o pisos compartidos, que acuden a los lugares de ejercicio de prostitución, y luego pernoctan en sus casas. El primer grupo corre el riesgo de encontrarse en situación de verse sin hogar”.
La preocupación que manifiesta Laura es la de no poder volver a su casa, a causa de la falta de recursos. Ahora se encuentra en Gran Canaria porque la situación, como al resto de sus compañeras, le llegó de imprevisto. Sin aviso previo paralizaron su actividad y no pudo prever la vuelta a la isla en la que vive. Por ahora, no percibe ningún tipo de ayuda.
Antes de que se decretara el estado de alarma, Ana solicitó la ayuda del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, lo que le permite comprar comida. Sin embargo, declara que “En este momento, nos encontramos en una situación de desesperación al no saber de qué vamos a vivir. En mi caso, tengo un alquiler,que pagar las facturas y asegurar la comida de mi hijo”.
Elena Lugli es la presidenta de Médicos del Mundo Canarias y especifica que el objetivo de la organización es el de garantizar el derecho a la salud de las personas en situación de prostitución. “Nosotras hemos tenido que suspender nuestras atenciones directas, por obvias cuestiones de seguridad, pero hemos establecido un seguimiento de casos por vía telefónica y whatsapp y estamos abiertas para hablar con ellas en todo momento” informa Lugli.
El contexto es mucho más grave en el caso de las mujeres que están en situación de trata. A medida que avanzan los días de aislamiento, mayor es la deuda con sus explotadores.
Alemán expresa que el estigma es un peso con el que cargan las mujeres que ejercen la prostitución, “lo que les impide muchas veces asumir protagonismo en sus vidas, y creo que ahí tenemos mucho que ver toda la sociedad”.
Muchas de ellas están realizando redes de apoyo colectivo, con lo que Ana espera que entre todas puedan encontrar la manera de superar esta situación.