Economía

La falta de competencia es la única causa del alto precio del combustible en las islas verdes, según Juan Luis Jiménez

El experto pide reducir las barreras de entrada a nuevas estaciones de servicio y favorecer el acceso de operadores independientes para acabar con el oligopolio.

Informa: Carlos Bilbao Aragón

Ni el pequeño tamaño del mercado, ni el precio del transporte, ni el coste de almacenamiento explican el elevado precio de los combustibles en La Palma, La Gomera y El Hierro, solamente la falta de competencia y el oligopolio que ejerce la compañía DISA.

Esa es la explicación ofrecida en comisión parlamentaria por Juan Luis Jiménez, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien advirtió de que ni las reducciones fiscales sobre los carburantes ni las subvenciones adicionales al transporte se traducen en bajadas de precio al consumidor, sino en aumentos del margen de la empresa.

La receta de Jiménez para que bajen los precios de los carburantes en las islas más occidentales, donde llenar un depósito tiene un sobrecoste de más de 20 euros, pasa por reducir las barreras de entrada a nuevas estaciones de servicio y favorecer el acceso de operadores independientes, que es lo que ha permitido que en las demás islas los precios hayan tenido una evolución más moderada.

Juan Luis Jiménez y Jordi Perdiguero, de la Universidad Autónoma de Barcelona, son los autores del informe de evaluación de los mercados minoristas insulares de hidrocarburos para automoción, encargado por el Gobierno de Canarias y que este miércoles fue presentado ante los diputados de la Comisión de Economía del Parlamento autonómico.

El experto comenzó aclarando que el precio de la gasolina en el conjunto de Canarias es más caro que en la península si se excluyen los impuestos, precisamente por la situación de oligopolio en cinco de las islas, con diferente nivel, que en el caso de La Gomera y El Hierro es de hecho de monopolio.

En el periodo estudiado en el informe, desde 2006 a 2019, los precios medios del combustible subieron un 30% en Tenerife y un 69% en El Hierro, ilustró Jiménez, pero esa divergencia no ha sido la misma en todo el periodo, sino que empezó a acelerarse a partir de 2012 en perjuicio de las tres islas verdes.

La razón, según explicó, es que a partir de ese año empezaron a proliferar más gasolineras en Tenerife y Gran Canaria, y en menor medida en Lanzarote y Fuerteventura, y sobre todo a que entraron en el mercado operadores independientes o «low cost».

Sin embargo, en las tres islas verdes no hubo esa mayor competencia ni la entrada de nuevos operadores y la compañía DISA mantuvo intacto su poder de mercado.

«Llevamos quince años estudiando este mercado» y no hay causas económicas que expliquen la divergencia de precios de las islas verdes, subrayó Jiménez.

Pero sí ha habido cambios en el mercado que la explican: en 2004 DISA absorbió los activos de Shell y aumentó su poder de mercado en el archipiélago, el cual quedó intacto en las islas verdes pero se vio reducido en las demás a partir de mediados de la década pasada por la apertura de gasolineras y la proliferación de más operadores independientes, resumió.

Según el estudio, la gasolina en las islas es más barata atendiendo a dos factores: el número de estaciones de servicio en los alrededores y que estos sean independientes.

La diferencia de precios en las islas verdes no se explica porque sean mercados pequeños o por el coste de almacenamiento (todo eso era igual en 2006 y no había diferencias sustanciales), ni tampoco por el coste del transporte (cuesta más llevar el combustible a Lanzarote que a La Gomera y los precios son menores), afirmó el experto.

Además, advirtió de que las exenciones fiscales, como las que aplican los cabildos en La Gomera y en El Hierro con vistas a abaratar los precios, no se traducen en bajadas para el consumidor, sino en aumento del margen de beneficio para el operador, que también se beneficiaría de una eventual subvención adicional al transporte, como la que intentó el Gobierno de Canarias en 2019 y paró la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia.

La intención puede ser que el subsidio a la empresa con dinero público reduzca el precio del combustible a los usuarios, pero lo más probable es que se traduzca en realidad en «un subsidio encubierto a la empresa» que tiene el poder sobre el mercado y que lo que hace es «extraer el mayor excedente posible del consumidor».

Por eso hay que mejorar el nivel de competencia minorista, levantar barreras de entrada, facilitar operadores ‘low cost’ y gasolineras de autoservicio sin personal, impedir una concentración futura y «ser cautos» con las ventajas fiscales a las empresas ya instaladas en las islas occidentales, porque incrementan sus margenes de distribución, recetó Juan Luis Jiménez. 

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