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26 abril 2024 3:41 am

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Poemas de Tomás Morales «Vacaciones sentimentales» e «Inmensidad nocturna»

Poemas de Tomás Morales «Vacaciones sentimentales» e «Inmensidad nocturna» en la voz de Selene Rodríguez y Saulo Trujillo. Grabados en la Plaza del Mirador en Tejeda, Gran Canaria.

RTVC realiza un especial dedicado a Tomás Morales por la conmemoración del centenario de la muerte del poeta.

Poemas de Tomás Morales «Vacaciones sentimentales» e «Inmensidad nocturna»

«Vacaciones sentimentales» de Tomás Morales está compuesto por diez poemas cortos, relacionados entre sí. Se encuentra incluido en el libro «Las Rosas de Hércules». Por su parte el poema «Inmensidad nocturna» también está incluido en el primer libro «Las Rosas de Hércules«.

Poema de Tomás Morales «Vacaciones sentimentales»

Cortijo de Pedrales, en lo alto de la sierra,

con sus paredes blancas y sus rojos tejados,

con el sol del otoño y el buen olor a tierra

húmeda, en el silencio de los campos regados.

Bajo la dirección tenaz de los mayores

se fomentó la hacienda y se plantó la viña;

y más tarde sus hijos, que fueron labradores,

regaron con su egregio sudor esta campiña.

Todo está como ellos lo dejaron: la entrada

con su parral umbroso y el portalón de encina;

aún la vieja escopeta de chispa, abandonada,

herrumbroso trofeo, decora la cocina.

Allí los imagino, con ademán sereno,

bajo las negras vigas del recio artesonado,

al presidir la mesa, partiendo el pan moreno

sus diestras, que supieron conducir el arado;

O en la quietud benigna del campo bien oliente,

mientras el agua clara corre por los bancales,

de codos sobre el mango de la azada luciente

e inclinadas a tierra las testas ancestrales…

¡Oh, el perfume de aquellas existencias hurañas,

que ignoraron, en medio de estos profusos montes,

si tras estas montañas habría otras montañas

y nuevos horizontes tras estos horizontes!

La casa blanca al borde de las espigas rubias,

la conciencia serena y el hambre satisfecha,

los ojos en las nubes que han de traer las lluvias

y el alma en la esperanza de la buena cosecha…

Y así fueron felices… De toda su memoria

solo quedó esta página inocente y tranquila:

¡vivieron largamente, sin ambición ni gloria,

su vida fue una égloga dulce como una esquila!

Poema de Tomás Morales «Inmensidad nocturna»

La inmensidad nocturna mi laxitud halaga;

ya el corazón aquieta su lacerado anhelo

y con barruntos nuevos, el pensamiento, indaga,

flotando en la infinita diversidad del cielo.

Noche azul de septiembre ¡qué egregios son tus dones!

Ofreces al devoto de tus designios santos,

una tiara de gemas para las ambiciones

y un manto de quimeras para los desencantos.

Los astros ejecutan sin punto de reposo

– motor incognoscible su actividad influye – :

ahora mismo, tocado de espasmo luminoso,

el Cisne al Cénit trepa, de Hércules temeroso,

y el Dragón, acosarlo por las dos Osas, huye…

Irreprochable, Sirio, inflama su áscua de oro,

Andrómeda y Perseo se hacen signos constantes;

y, frente a la lascivia transcendental del Toro,

las Pléyades aventan su polvo de diamantes.

Y una ilusión tras otra nuestra vigilia empalma,

a cada nueva fase reviven mis querellas,

y vánse sucediendo por el redil del alma

como por la majada celeste, las estrellas.

II

¿Qué hacer? Sobre los vanos pesa un rigor tremendo;

el desengaño ha sido bien duro de esta vez.

¡Fatal castigo para los que seguimos siendo,

perdidamente, nulos, pasada la niñez!

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