Expertos de la ponencia de vacunas estudiarán este miércoles administrar la tercera dosis de refuerzo de la vacuna contra la covid a mayores de 40 años y trabajadores esenciales como profesores, policías o bomberos
La decisión de ir ampliando la franja de edad de vacunación de la tercera dosis (hasta ahora estaba recomendada para mayores de 60) se ha visto impulsada por las comunidades autónomas. Este martes, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha avanzado que mañana trasladará a la ponencia la posición favorable de su comunidad a vacunar a los mayores de 40.
Y de aprobarse, ha dicho Igea, se comenzará este mismo mes de diciembre a pinchar la dosis de refuerzo a la población con más de 40.
La Xunta de Galicia ya anunció este lunes su decisión de citar a la franja de edad de 50 a 59 años para poner la tercera dosis «para ir ganando tiempo», según palabras del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. Precisó que incluso comenzarían a vacunar a algunas personas «de manera inmediata».
El pasado 23 de noviembre, la Comisión de Salud Pública acordó ampliar la tercera dosis a mayores de 60 junto a sanitarios y sociosanitarios. Ya entonces, Sanidad no descartó que en un futuro se irían incorporando otros grupos.
Simón: Hay evidencias de que la tercera dosis no sea necesaria para todos
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ha apuntado este martes que hay evidencias científicas que apuntan a que «quizá» la tercera dosis no sea necesaria para toda la población. Ha abogado por buscar soluciones a la falta de acceso en los países de menos ingresos.
Simón sostiene que «hay evidencias científicas que nos podrían permitir pensar que quizá no sea necesaria para todos los grupos poblacionales ahora mismo». Son declaraciones que hacía en la presentación del informe conjunto de Médicos del Mundo y Medicusmundi «La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria 2021».
Ha querido dejar claro que las vacunas contra la covid-19 de las que se dispone a nivel global «no son suficientes para los 7.800 millones de habitantes del mundo.
La solución no es «un blanco o negro, ni una decisión clara de tomar», sino que puede haber varias alternativas, desde la liberalización de patentes, acuerdos con los países en desarrollo para producir allí las vacunas o financiaciones a fondo perdido. Sin embargo, ha preferido no decir «cual es buena» porque no piensa que «todas sean perfectas».
El máximo responsable ha insistido en que no es «fácil» responder a cómo afrontar las campañas de refuerzo en los países de mayores ingresos con la escasez en otros. Pero la inequidad en el acceso a las vacunas es «clara» y hay que «buscar alguna solución» para limar esa diferencia, ha concluido.
